|Consiguiendo trabajo|

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Mientras Alastor estaba en "apostadores anónimos" Charlie decidió salir a buscar trabajo, estaban a un mes de comprometerse y no tenían dinero.

Tenía que comprar su vestido de novia, era lo único que sus padres no pagarían.

Ella al ser mujer, muchas personas le negaron puestos. Fue a oficinas y hasta restaurantes, pero nadie la contrató.

-Carajo...- susurró sentándose en una banca junto a otra mujer.

La señora tenía una sonrisa, miraba los alrededores, parecía que estuviera soñando despierta y se veía muy sabia. 

La rubia se iba a levantar pero la mujer la miró y le habló: -¿Todo bien?- preguntó con una cálida sonrisa.

-Eh, ¿si?- respondió la rubia confundida.

-Mi nombre es Rosie. ¿Cómo te llamas querida?- preguntó sonriente mientras extendía su mano.

-Soy Charlie. Mucho gusto- respondió Charlie extendiendo su mano.

Ambas se sonrieron y Rosie volvió a hablar: -Repetiré de nuevo querida... ¿Todo bien?- preguntó.

-Se supone que no debo hablar con gente que no conozco- se excusó Charlie con un periódico en sus manos.

Rosie miró el periódico y sonrió. -¿Estás buscando trabajo?-

Charlie la miró sorprendida. -Pues... si- respondió cerrando el periódico que tenía ofertas de trabajo.

-¡Yo te puedo ayudar!- sugirió Rosie.

-¿Enserio?-

-¡Si!- dijo sonriente. -¿Tienes experiencia laboral con niños?-

-¿Con niños?- preguntó Charlie. La verdad, no soportaba a los niños.

-Yo me acabo de retirar de profesora en una escuela para regresar a mi trabajo, la costura. Si te recomiendo de seguro y te escogen querida- dijo Rosie sacando una carpeta de su bolso.

-Pero... no tengo un título como para poder enseñar- se excusó Charlie.

Rosie se levantó y la miró sin expresión, arrugó un trozo de papel en forma de bola, lo lanzó hacia Charlie y ella ágilmente la esquivó.

-¡¿Qué le pasa señora?!- dijo Charlie molesta.

Rosie rió bajo y la miró de pies a cabeza. -Estás hecha para el trabajo-

-¿Y como lo sabe? Solo me acaba de tirar un trozo de papel- respondió Charlie cruzada de brazos.

-Como sabes, por lo general solo los hombres estudian en este país. Si los alumnos hombres ven a una profesora mujer, lo primero que harán es hacer que lo dejes todo y que renuncies- indicó Rosie con una sonrisa. -Y tú tienes un buen carácter-

-Señora, no entiendo. ¿Por qué me lanzaría un papel y me diría que tengo un buen carácter?- preguntó Charlie confundida.

-Querida Charlie, fue solo una pequeña prueba. Vi en tus ojos la determinación y la valentía que necesitas para ser una gran maestra- le alentó Rosie.

-Pero no tengo experiencia con niños. Ni siquiera me agradan mucho- dijo sentándose nuevamente en la banca. Realmente estaba cansada.

-¿Y qué te dice tu intuición? ¿No sientes en tu interior un llamado hacia la enseñanza? ¿No quieres marcar la diferencia?- preguntó Rosie.

-La verdad es que... nunca lo había pensado de esa manera- apartó la mirada mientras estaba perdida en sus pensamientos.

-Ahí lo tienes. A veces, lo que más deseamos se encuentra escondido en el fondo de nuestro corazón, esperando ser descubierto- dijo la mujer emocionada.

Mi falso prometido -Charlastor-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora