Capítulo 10

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Llegamos a las 5:30 p.m. Estaban los Baker repartidos por toda la casa, Sue estaba en la piscina tomando el sol con su marido, Jacob. Después estaba Jack que estaba en el salón con su ordenador y Luck que había venido a saludarnos.

Nada más llegar, cogí mi guitarra y me fui a la terraza que daba al salón. Empecé a tocar la misma canción de siempre: «sense tú». Estaba sentada en una silla que había en el jardín.

Al rato, oí que se abría la puerta del salón, era una puerta corrediza, la cual hacía mucho ruido. Aún haber escuchado la puerta, yo seguía atenta a unas notas que me costaban de la canción.

—Puedes hacer menos ruido, es que molestas a los demás —me dijo Jack.

—Tú molestas solo con la presencia —le contesté con su mismo tono arrogante.

Y... Ya han vuelto las peleas. Ni medio minuto hemos durado.

Después de eso entró en casa, pero volvió a salir con una pelota de básquet. Como no la paraba de botar no me pude concentrar, y decidí traducir la letra de la canción, cosa que llevaba semanas intentando, pero como el catalán era un poco complicado me hacía mucha pereza. Aunque valió la pena.

Busqué la letra de la canción por internet y la intenté traducir a mano, aunque al final la conseguí traducir con un poco de ayuda de Aina —echo no relevante—:

Es de noche

Es todo oscuro

Estoy solo y no hay nadie

Es de noche

Un rincón

Dentro del corazón, ella está dentro

Sus ojos son brillantes

y una sonrisa extravagante

Ya no está, la he perdido

Marchó lejos de mi alcance

Y siempre estará en mi corazón

Sin ti, yo no puedo

Sin ti, si no estás

Sin ti, yo no soy nadie

Es de noche

Es todo oscuro

No estoy solo, no lo estoy

Tú estás conmigo

Y tus ojos son brillantes

Y una sonrisa extravagante

Y siempre estará en mi corazón

Si no estás aquí

Si no estás conmigo

Yo no te puedo mirar

Yo no te puedo sentir

Si no estás aquí

Si no estás conmigo

Yo no te puedo tocar

Yo no te puedo besar

Y siempre estarás en mi corazón

Es de noche

—Hola, ¿qué haces? —me preguntó entonces mi madre.

—Nada —le contesté cerrando el ordenador.

—Mady hemos venido a hablar contigo —me comentó mi padre para que no me pusiera a la defensiva.

—Bueno, yo me voy dentro que tengo cosas a hacer —dijo Baker mientras cruzaba la puerta corrediza con la pelota.

Todo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora