JACK
Después de haber estado casi toda la noche hablando con Luna y su novia, Mady y yo llegamos a la casa de verano. Una vez allí cenamos las pizzas que nuestros hermanos habían pedido y luego nos fuimos a la habitación.
Mad se había puesto el pijama que le había regalado y mi sudadera. Mientras que yo iba con un chándal y una camiseta negra de tirantes. Estaba destapando mi cama, cuando oí a mi compañera de habitación resoplar.
—¿Qué pasa? —le pregunté entornando los ojos, mientras me giraba a mirarla.
Estaba apoyada en la pared con las piernas cruzadas como los indios. Se pasó las manos por la cara y resopló antes de mirarme con sus ojos marrones.
—Siento mucho que Luna, haya sido tan directa. Pero para dejar las cosas claras: No estamos juntos, ¿verdad?
Un momento.
¿Por qué preguntaba eso? ¿Es que no quería estar conmigo? ¿Quería que se lo pidiera? ¿Qué le confirmará si yo la quería?
Tenía tantas preguntas que no sabía por donde empezar.
Resoplé pasándome una mano por el pelo.
—¿No? —Mad soltó un suspiro pesado y me miró con los ojos abiertos.
—Uf... Vale —dijo más calmada—. Solo era para asegurarme.
¿Qué quería decir con todo esto?
No me quería desanimar, pero lo único que se me pasaba por la cabeza era: Mad no te quiere, déjala en paz.
Quise decirle algo más, pero decidí dejarle su espacio.
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Al día siguiente, estaba furioso. Pero no con ella, sino conmigo, por hacerme ilusiones.
Intenté no darle muchas vueltas, así que me fui a la cancha de básquet. Estuve un rato tirando a canasta, pero no entraba ni una sola pelota, porque lo único que tenía en mente eran los labios de Mad en los míos. Eran tan dulces, ella en sí era dulce. Quería volver a probarla, quería que no se olvidara de mi, igual que yo no me olvidaba de ella.
Sin poder pensar en otra cosa, llamé a mi mejor amigo, experto en problemas amorosos.
Sonaron unos cuantos tonos de llamada hasta que saltó el buzón de voz. Volví a llamar y me colgó, así que le envié un mensaje.
Tú:
Cógelo es urgente.
No pararé hasta que me contestes.
Después de estar llamándolo unas cuantas veces más, por fin respondió.
—Oye tío, ¿por qué has tardado tanto?
—¿Tu que crees?
—Hostia, no me jodas que lo estabas haciendo con tu novia.
—Tu mismo lo has dicho Jack: lo estaba haciendo —dijo Oliver cabreado—. Más te vale que alguien se esté muriendo porque si no ocuparas tú su sitio.
—Besé a Parker —dije ignorando su amenaza.
—Sí eso ya lo sabía, lo vi en la cafetería. De hecho, te beso ella a ti.
—Eso no me ayuda Oliver —le dije a mi amigo pasándome una mano por el pelo— Fue en la playa, fue... una puta locura. Y ahora no me la sacó de la cabeza. Lo peor es que ayer me preguntó si estábamos juntos y cuando le dije que no, dijo textualmente: «Uf... Vale. Solo era para asegurarme» ¿Qué coño quería decir con eso?
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Todo Perdido
RomanceMadison Parker, su pasión siempre ha sido la música y el vóley, ya que la ayudan a alejarse del mundo. Ya no se siente viva como cuando era pequeña, así que tomará muchas decisiones que le repercutirán a lo largo de su vida. Jack Baker, estudiante d...