Capítulo 36

49 6 0
                                    

Estaba en mi cama con las manos en la cara.

¿Qué coño hemos hecho?

Ese día después de volver de la universidad alguien llamó a la puerta, ese alguien era Zac, el cual me decía que lo había dejado con Ana porque estaba arrepentido de haberme perdido y que quería volver conmigo. No sé en qué momento caí tan bajo, al dejarme besar por ese tío de mierda. La suerte —y desgracia— es que Noah y Jack nos interrumpieron, lo que significaba que me vieron.

Me estaba muriendo de vergüenza. Un día le decía a Jack con una canción, que sentía algo por él, luego le decía que olvidara lo sucedido y encima para rematar me besé con mi exnovio, el cual Baker odiaba, delante de él.

Esto no puede ir a peor.

Claro que sí, ya que en unos minutos me iría a la casa de verano, donde tendría que convivir con él durante casi tres días.

Mientras pensaba en que la había cagado apareció Whisky, primero se tumbó conmigo en mi cama, para luego ir a mi escritorio a revolcarse con todo lo que había encima de la mesa tirando algunos papeles al suelo.

—¡Whisky! —grité haciendo que el gato negro se fuera corriendo.

Me levanté sin ganas y empecé a recoger todo lo que había tirado, cuando observé un papel que me llamó más la atención que otros, era mi poema. Llevaba tantos días centrada en mis problemas que no me fijé en una cosa que me relajaba. Empecé a leer y me di cuenta de que era más negativo de lo que recordaba, pero explicaba como me sentía, así que no quise cambiarlo. Me senté en mi escritorio para seguir con el poema.

Después de leer lo que ya tenía escrito me puse mi playlist para inspirarme un poco más. Estuve un buen rato escribiendo, borrando, volviendo a reescribir hasta que por fin hice tres párrafos más.

Después de esto mi madre me dijo que nos teníamos que ir, así que cogí mi libreta personal donde estaban todos mis dibujos y ahora también mi poema, y me dirigí al coche.

━━━━━━━༺༻━━━━━━━

Una vez llegué a la otra casa, me senté en la mesa del jardín para seguir dibujando en mi cuaderno.

Mientras observaba como el sol se desvanecía detrás del mar vi a Jack pasar por mi lado, me sentí obligada a al menos saludarlo, así que con mi mejor sonrisa lo saludé con la mano, pero él no me respondió.

—Hola Jack —dije por si acaso no había visto mi mano. Pero me volvió a ignorar.

Esa vez lo dejé pasar, a lo mejor no estaba de humor, aunque después de lo que le dijo su profesora tendría que estar muy contento.

Pasó toda la tarde y empecé a prepararme para ir a cenar fuera. Como íbamos a celebrar que Baker había conseguido esa entrevista, decidí ponerme un conjunto que me había comprado mi madre esa semana.

Una vez preparada me dirigí al vestíbulo donde se encontraban todos, menos Jack.

—¿Dónde está Baker? —Pregunté preocupada. Mi hermana me miró a modo de aviso, diciéndome: «Por allí no vayas».

Pero me daba igual, esa tarde me había dado cuenta de que no podía hacer como si no me doliera cuando no me saludaba, cuando no hablamos después de estar toda la tarde en el mismo sitio. No podía seguir fingiendo que no quería estar con él, por más que supiera que a lo mejor no tendríamos futuro.

—No lo sabemos, no nos contesta a los mensajes —me informó mi primo.

—Si queréis podéis ir tirando al restaurante. Yo lo iré a buscar. Me puedo hacer una idea de donde puede estar.

Todo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora