—¿Qué pasa? Me estás asustando Zac.
—Mady, ¿al final quedaremos el viernes o me dejarás tirado?
—Zac, soy la capitana, sabes que no puedo saltarme los entrenos.
—Muy bien, entonces no quiero seguir —Me quedé en shock.
—¿Eso qué significa? —dije asustada.
—Lo sabes perfectamente.
—Pero, ¿por qué? —no lo terminaba de entender, ¿por qué tenía que estar siempre quedando solamente con él?
—No puedes pretender que vaya siempre detrás de ti.
—Pero es que no es así, va dame otra oportunidad, por favor. Por favor Zac no me dejes —Y en cuanto me di cuenta de que le estaba suplicando como si me fuera la vida en ello, ya era demasiado tarde, él se había ido, me había dejado allí planta, en un pasillo vacío.
Decidí que intentaría ir a clase, aunque me costase.
Me recordé a mí misma que eso ya había pasado más de una vez, que solo tenía que pedir consejo a mis amigas y hacer lo que Zac me pidiese, para que así me perdonara.Después de unas clases me encontraba en la cafetería con las tres de siempre y Shelsy, que ya era parte del grupo.
—¿Qué voy a hacer? —les pregunté desesperada.
—Lo mejor es que hables con él —dijo Ginny. A ella no le caía muy bien Zac, pero quería que arreglara las cosas, para que yo me sintiera mejor.
—¿Pero qué le puedo decir?
Ninguna de las allí presentes sabían qué decirme, así que pensé que lo mejor era irme a pensar las cosas sola.
—Voy a dar un paseo y mientras, a pensar cómo puedo solucionar esto —Con eso me levanté de la mesa y me fui al baño, estaba preparada para volver a quitarme el peso que sentía encima de mí, cuando una voz familiar me llamó desde el pasillo.
—Mad —se acercó Baker con sus manos en el bolsillo y con mucha tranquilidad, el cual me observó desde su altura al plegar a mí—. ¿Por qué estás llorando, qué ha pasado? —me preguntó una vez vio mi cara.
—Nada, no ha pasado nada. Estoy bien —dije limpiándome las lágrimas traicioneras, que no había podido controlar.
—No me mientas —dijo levantándome la barbilla para que lo mirara a los ojos.
—No tendría que estar contigo —le comenté al recordar momentos en los que Zac me prohibía ver a Baker.
—¿Exactamente por qué? ¿Por qué te lo dice tu novio? —bajé la mirada para no tener que mentirle de nuevo—. Sin ofender, pero no me cae bien, y no quiero seguir aguantando ver como te trata. sé que no quieres que me meta, pero si vuelvo a ver que ese niñato mal...
—Zac no es un niñato —lo interrumpí para defenderlo.
—¿A no? ¿Entonces por qué estás así? —Me miró cabreado, aunque relajó su expresión al ver la mía—. ¿No es otra de sus estúpidas pataletas?
—Bueno...
—Mad, ya te lo dije una vez y no me cansaré de decírtelo. Él no te llega ni a la suela de los zapatos —me levantó la barbilla y me miró preocupado—. Por favor déjalo, no te merece.
—Eso no te incumbe —le contesté molesta—. Lo quiero. Y no entiendo por qué todos preferís que lo deje. Entiendo que no sea la mejor persona, pero lo podemos solucionar, lo puedo ayudar.
—Pero, es que no siempre puedes ayudar a la gente que te rodea, hay veces que no es el momento por más que os queráis. No puedes anteponer tu salud a la de otros.
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Todo Perdido
RomanceMadison Parker, su pasión siempre ha sido la música y el vóley, ya que la ayudan a alejarse del mundo. Ya no se siente viva como cuando era pequeña, así que tomará muchas decisiones que le repercutirán a lo largo de su vida. Jack Baker, estudiante d...