Capítulo 17

72 9 8
                                    

En ese momento estaba en la habitación con Jack, que estaba trasladando todas sus pertenencias al cuarto donde íbamos a estar conviviendo a saber cuánto tiempo.

Mientras veía a Jack metiendo su ropa en el armario decidí ir a dar una vuelta, necesitaba relajarme un poco y pensar las cosas con claridad. Así que me fui a la playa; lo que me gustaba de ella era que nunca había nadie y sentía que podía huir de mis problemas por un rato.

En cuanto llegué me quité las zapatillas y me puse la canción Inside Out de Andrew Austin.

Cuando escuchaba la canción no pensaba en nada más, era muy liberador y me sentía bien. Después de un rato, decidí correr por la playa, como si cada vez me fuera alejando más y más de mis problemas. Hasta que me llegó un mensaje de Noah.

Noah:

Mady, ¿dónde estás?

Al principio no le iba a contestar, pero sabía que si no lo hacía, se iban a preocupar por mí y no quería que me vinieran a buscar, no quería, porque ellos no me entendían, bueno... –Aunque nunca lo admitiría en alto–, sí que había una persona que me escuchaba y me relajaba contarle mis problemas; ese era Jack, pero no hacia falta que dejara de hacer lo que estaba haciendo para venir con su 4x4 a por mí.

Tú:

Tranquilo estoy en la playa

Volveré para cenar.

Al terminar de escribir el mensaje empecé a correr lo más rápido que pude mientras gritaba con todas mis ganas a todo plumón. No quería parar, necesitaba correr sin saber que todo estaba mal, sin saber como me sentía, solo quería correr y deshacerme de los malos pensamientos. Daba igual lo cansada que estaba, lo que me costara respirar, correr mientras gritaba me hacía sentir libre, solo aunque fuera por unos segundos.

Cuando ya no podía más, fui frenando el ritmo hasta estirarme en la arena. Cuando me senté mirando hacia el mar, cerré los ojos, notando como el aire me daba en la cara.

La mejor sensación.

Después de estar un rato más, me levanté y volví a hacer el camino que había hecho, pero esa vez andando.

Antes de entrar en casa, abrir el móvil, sabía que me habían enviado muchos mensajes, pero estaba harta, ya les había dicho que estaba en la playa, así que me preparé para entrar en casa y que me empezaran a reñir.

Fui al comedor que era donde estaban todos ya sentados en la mesa, comiendo.

—¿Dónde estabas? —me preguntó mi madre con tono enfadado. Todos se giraron hacia mí.

—Yo... bueno, se me ha pasado la hora. Estaba en la playa. —contesté.

—Bueno, ya está aquí —dijo Noah a mi favor y me hizo un gesto con la cabeza para que me sentara en la mesa.

—¿Y qué hacías en la playa? —me siguió interrogando mi madre.

—Correr —comenté con cara de pocos amigos.

A mi madre no sé la veía muy convencida, pero no investigó más sobre el tema.

Al terminar de cenar me fui a duchar, para luego irme a dormir y en cuanto salí me vestí. Todo hasta el momento todo en la casa era normal. Pero solo me hizo falta abrir la puerta de la habitación para que esa normalidad desapareciera. Era un desastre, todas las cosas de Jack estaban por el suelo.

Lo maldije en mi mente y me fui a dormir.

Los dos días restantes, estuve intentando encontrar una manera de que Sheila no se fuera del grupo, y por lo que había investigado hasta el momento era que las del equipo podríamos intentar convencer a sus padres.

Todo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora