-Capitulo 9.

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-ya buenas noches- dijeron tras unos minutos de silencio.
-oh cierto, mañana no hay colegio Reece- comento Charlie.
-¿es en serio?- pregunte.
-sí- dijeron al unisono.
-bueno ya durman- dije.- buenas noches rubio- respondieron.

***
Dia libre... iba camino a casa de Amelia, tenia en mente llevarla de picnic, a un hermoso campo que hay detras de un museo con esos esqueletos que hacen que un escalofrio reclrra todo tu cuerpo.
-Hola- salude a la Tia Maggie entrando a la casa.
-hola- respondio y sonrio.- ¿van a salir hoy?- pregunto, negue con la cabeza.- emm no, ella dijo que estariamos en su cuarto- dije.
Enarco una ceja y dejo salir una risa. Que mente perversa tiene la tia Maggie.
- No, no y no eso no- dije levantandome del asiento donde anteriormente me encontraba.-¿puedo subir?- pregunte con mis manos dentro de los bolsillos delanteros de mi pantalon. Ella asintio con una sonrisa en su rostro.
Subi escalon por escalon, observando cada foto y detalle que decoraba el pasadizo a la habitacion de ella, sus fotos son hermosas.

Llame a la puerta aun asi estando abierta. Pero no pase, por respeto.
-¿amelia?- susurre, estando aun afuera.
-tia- dijo, pero cerro la puerta de un portazo.en mis narices, al ver que no era la Tia Maggie, se avergonzo de que la vi en ese estado, con una toalla que envolvia su cuerpo y con otra en su cabeza, envolviendo su cabello. Escuche risitas tras la puerta, debo admitir que me asusto bastante.
-Reece- dijo abriendo la puerta entre risas  y planto un beso en mis labios.- disculpa- rio- es que.. crei que era Tia Maggie- rio y se sonrojo levemente.
Reí.
-tranquila, despues de todo, no me dio duro- rio- solo la puerta me rozo la nariz- dije entre risas.
Me sente junto a ella en su cama. Se levanto y cerro la puerta.
-cuentame tu historia- le pedi, mientras se sentaba a mi lado.
- ya te la he contado... vivo con Tia Maggie hace once años, mis padres murieron en un tragico accidente automovilistico, Alberth me odia- dijo viendome a los ojos.
- no... no eso- dijeny planteé un beso en la punta de su nariz- digo que te gusta hacer.- dije.
- oh ya se porque lo dices- dijo- porquue la ultima vez que hablamos algo similar me pediste que fuera tu novia- dijo y sonrio. Yo asenti.
-si, por eso debes hablarme de nuevo de ti- dije- prometo no hacer nuevas preguntas- dije y tome su mano.
-esta bien- dijo, beso mi mejilla.- pues... soy bastante normal- dijo, reí.
-Me niego- sonrei- piensa en algo que te guste, en lo primero que pase por tu cabeza.-.
-¿leer?.
-¿que has leido?-
-De todo. Desde espantosas novelas de zombies, terror, espantosas novelas rosas hasta novelas basadas en hecho reales, poesi y de todo.- Asenti.
-¿algun deseo que tengas pendiente?- me pregunto.
Negue con la cabeza.
-¿de verdad?- dijo y enarco una ceja.
-si, bueno- rasque mi nuca. ¿como me digo que mi deseo siempre ha sido, que al enamorarme de alguien nunca se aparte de mi lado, que siempre este alli?- mi deseo eres tu- sonrio con su cabeza baja.- y gracias por hacerlo realidad.-.
-Reece- dijo- cuando dejaras tus cursilerias- dijo y beso mis labios-
-debes admitir aue te encanto- dije sonriendo.
Ella Asintio.
-si, me encantas, sabes- se acerco mas a mi, pase mi brazo sobre sus hombros.- nunca crei capaz de enamorarme de alguien- suspiro- ya sabes, con todas las cosas que te han pasado, siempre temi a eso de mi hermano.- volvio,a suspirar- sus celos son irritantes, y hasta él mismo lo es- dijo.Rio.
-si, bueno, no importa- dije bese su cabeza.- Amelia- me volvio a ver- ¿Quieres ir de picnic?- pregunte. Ella asintio.
-si, pero salte, que en esta ropa no voy- dijo.
- espera, ¿te gustan los museos?- pregunte.
- si, son hermosos, ¿porque?- pregunto a su vez.
- no, nada- dije y sali de la habitacion.

PDV'Amelia.

Me meti al baño. Pero no me cambie de ropa. Me cepille el pelo y los dientes, y me di un poco de brillo en los labios y un toque ligero de perfume.
No dejaba de ver las hermosas rosas que Reece me habia regalado en mismo dia que me pidio ser su novia. Eran de un rojo hermoso, tan rojo como para ser hermosas.
Cuando baje podia podia a Reece hablar con el pequeño Will.
Podia oir su so risa torcida.

-¿vamos?- dijo extendiendo su mano.
Le di un beso en la mejilla a Will, quien salio corriendo al patio trasero, y me despedi de tia. Tome su mano.

Salimos de casa y Reece colgo una mochila en sus hombros. Llamo un taxi subimos a este, le pidio a donde nos llevara y este arranco.

PDV'Reece.

Tras varios minutos de andar en ese auto, llegamos a nuestro destino. Salimos del auto y pague al conductor.
-gracias- dije, este solo hizo un ademan con su mano y pronto se fue.

Detrás del Museo habia un hermoso Parque con grandes y varias esculturas de varios artistas. Habia oido hablar de este museo pero nunca lo habia visitado. Pasamos el Museo y aparcamos justo al lado de un campo de baloncesto con enormes arcos metalicos blancos y verdes que hacian representar el intinerario de un balon en movimiento.
Caminamos al pie de lo que en Londres se considera una colina hacia un claro en el que los niños de edades grandes hasta mas pequeñas subian por una enorme escultura con forma de esqueleto.
Los huesos eran mas o menos del grosor de un cuerpo humano, y el femur era mas largo que yo y Amelia. Parecia un dibujo infantil de un esqueleto tumbado en el suelo.
Amelia, se detuvo en medio del claro, con los huesos justo en frente de nosotros. Me solte la mochila de un hombro y luego del otro, la abri y saque una manta de color narajan con detalles de flores color blanco y un color pastel rosa, una botella de jugo de naranja y unos sandwiches sin corteza, envueltos en un film tranparente.
-¿Porque todo naranja?- pregunto Amelia, sentandose junto a mi.
-Es el color nacional de Holanda, por supuesto.¿Recuerdas a Guillermo de Orange y todo eso nsranja?- dije.
- no- dijo- nunca salio en segun examen- volvio a hablar sonriendo. Yo negue.-me gustan dos cosas de la escultura- dijo.
-dime que te gusta pequeña-
- numero uno, que los huesos estan separados que si eres un niño no puede resistirte por mas que quieras a no saltar entre ellos y divertirte un buen rato. Numero dos, tienes que saltar de la caja toracica al craneo, y eso tiene como significado que la escultura basicamente te obliga a jugar con los huesos. Las connotaciones son infinitas, Reece- dijo y añadio un corto beso en mis labios.
-te encantan los simbolos, ¿cierto?- pregunte.
- si- asintio- tienes razon. -Rozo nuestras narices para luego unir nuestros labios en un dulce y suave beso.

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Holaaaa.
¿les gusto el capitulo? Porque a mi si.
Gracias por sus votos y comentarios.
Besos. Bye xxx:)






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