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Zoro cómo cada mañana se encontraba alistandose para ir a trabajar, por alguna razón el rubio se había despertado temprano.

Que decidió ir hasta el cuarto del peliverde.

Sanji abrió la puerta sin tocar podiendo verlo mientras se vestía.

-Bonita espalda.-sonrió.

-¿que haces aquí? Deberías estar dormido.-dijo al mirarlo.

-No lo se, me desperté a esta hora por alguna razón.

-Mejor ve a dormir, son las cinco de la mañana y yo estoy por irme.-termino de ponerse la camisa.

Siguió con su corbata pero Sanji al ver que no podía abrocharla se acercó hasta el.

-Dejame ayudarte.-tomo la corbata empezando ayudarle, que en realidad no demoro mucho era bueno abrochandolas.

-Por suerte estas aquí, siempre le pido a Tashigi que me ayude.

-Ya te lo habia dicho, me gusta la ropa formal, eso incluye la corbata, por eso se ponerlas.-dijo al terminar.

Zoro en todo momento lo veía a los ojos, algo que Sanji noto y se alejo un poco de él.

-¿iras a dormir?

-Estaba pensando en ir contigo.

-¿enserió? ¿Porqué? Si dices que aquí es aburrido allá es el doble.

- Si no lo dudo, pero quiero conocer donde trabajas.

-Bueno si eso es lo que quieres, vamos, sirve que le sacamos provecho a esta relación falsa.

A Sanji no le había gustado eso último, pero eso es lo que eran, una relación falsa.



Llegaron a la empresa y Sanji pudo ver que era muy elegante, llena de gente con trajes y maletines, cosas de empresarios según el.

-Solo déjame decirte que tal vez te topes con el tipo que te cae mal.

-Ahg, deberías despedirlo.

-No puedo, en realidad es bastante útil.

Subieron al elevador yendo directo a la oficina del peliverde.

Al llegar pudo darse cuenta que era un lugar bastante sencillo, excepto por el gran ventanal que les daba una vista a toda la ciudad por lo alto que era el edificio.

Pasaron algunas largas horas, ya habian pasado toda la mañana y el resto de la tarde ahi por lo que el sol ya se estaba ocultando y el peliverde seguía ahí frente a la pantalla de su computadora, mientras que el rubio se mantenia acostado en uno de los sofás de la oficina ya estaba bastante cansado por haberse levantado tan temprano y era cierto lo que le había dicho antes, que se aburriría más ahí que en casa, ahora se arrepentiría de haberlo seguido.

-¿Cuánto te falta?-preguntó fastidiado.

-Aun estaré un rato, yo te dije que te aburririas más aquí.

-Lo sé pero no creí que era enserió.

-Bueno no te quejes, y si lo vas hacer hazlo en silencio.

Trato de mantenerse callado pero moriría de aburrimiento si lo hacía.

-Oye pelos verdes ¿que tal si nos hacemos algunas preguntas?, ya sabes para conocernos más.

ENTRE NOSOTROS//OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora