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Día 3 y último.

Zoro abrio los ojos poco a poco, aún con sueño,lo primero que pudo ver al despertar fue el techo blanco de la habitación, se encontraba a la orilla de la cama y a su lado seguía estando Sanji, por lo que escuchaba su respiración agitada lo alarmo y de inmediato se acerco a el para tocarlo dándose cuenta que tenía mucha temperatura, aparte estaba sudado y su cara muy enrojecida.

-¡Sanji! ¡Sanji!, ¡Sanji! ¡despierta!-dijo tratando de despertarlo.

El rubio se removia entre la cama tratando de despertar, abrió los ojos lentamente hasta que los abrió por completo teniendo la cara de Zoro frente a él con una expresión de susto.

-¿Q-que pasa?-preguntó.

-¡Estas ardiendo en calentura!-Zoro lo tomo por los hombros para sentarlo en la cama.

-¿Tu crees?-sonrió.

-¿Estas enfermo?-preguntó confundido.-¿Cómo fue que te enfermaste?

-N-no lo creo, y-yo creo que...

-¿Tomaste tus supresores?-Sanji se quedó pensando un rato, más bien recordando que no los había tomado ya que no los llevaba con el.

-N-no, los olvide.-dijo con voz agitada.

Zoro se alarmo, si no estaba enfermo entonces eso significaba una cosa, trato de reaccionar rápido y se alejo de él de golpe.

-Ire a comprarte unos, ya vuelto.

-N-no, quédate conmigo.-Lo tomo por el brazo antes de que se fuera de la habitación.

-Sanji, vas a ponerte peor, quédate aquí.

-Para eso estas tu conmigo, para aliviar el calor que esta en mi cuerpo.-dijo ya fuera de sí.

-Sanji, no sabes lo que dices...

Sanji lo jalo con fuerza hasta hacerlo sentarse sobre la cama una vez mas, subió hasta su regazo quedando sentado sobre su entrepierna empezando a frotarse.

-¿Que te parecen mis fermonas?-su voz ya era muy agitada.

Era cierto, el olor de las femonas de Sanji ya estaba por toda la habitación, no podía distinguir otro olor que no fuera el de el, era un olor que le parecía delicioso, ya comenzaba a marearlo y su cuerpo al igual que el del rubio comenzaba a ponerse caliente.

-E-estas en celo Sanji...-susurro en su oido.

-L-lo estoy.-sonrio.-Por eso quiero que me hagas tuyo Zoro.-gimio.

-N-no, no puedo, n-no debería.- el peliverde quito a Sanji sobre su cuerpo dejándolo a un lado de la cama, el peliverde se levanto caminando a unos pasos lejos de el. Sanji retorcía su cuerpo tratando de frotarse sobre las sábanas pero nada de eso ayudaba, necesitaba a Zoro si o si.

Se levantó y fue detrás de él hasta acorralarlo sobre la pared.

-Lo he notado y lo quieres tanto como yo, me lo confirmo la forma en cómo me besaste anoche.

-Sanji necesito que controles a tu Omega.

El rubio comenza a sentir su entrada húmeda y cómo estaba chorreando, necesitaba que alguien saciará sus deseos y no quería a nadie que no fuera ese peliverde.

-Q-quiero tenerte adentro, p-por favor.-las manos de Sanji se paseaban por todo el abdomen del contrario.

Zoro tomo al rubio de los hombros y lo empujó hasta dentro del baño cerrando rápidamente y tomando con fuerza la manija para que Sanji no pudiera abrirla.

ENTRE NOSOTROS//OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora