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Estaban por tomar su vuelo de regreso, ninguno de los dos habló sobre lo que pasó la noche anterior, el peliverde tenía pequeños recuerdos en su memoria y se sentía un poco incómodo, no era propio de él dejarse llevar así, solía tomarse los supresores siempre a tiempo, pero al parecer las fermonas de Sanji eran más fuertes sobre el, que ni siquiera un supresor normal pudo con ello.

Mientras Sanji no sabia cómo sentirse al respecto trataba de no pensar en eso, y cada que lo hacia solo sentia pena, no quería que el ambiente entre ellos se volviera incómodo ya que viven en la misma casa y eso seria difícil de llevar, ni siquiera quería verlo a la cara por la vergüenza que sentía.

No estaba acostumbrado el tener que convivir con las personas con las que se acostaba ya que nunca las tenía que ver al día siguiente.

Solo desaparecían y ya.

También tenía pocos recuerdos de anoche, y todos eran de él rogándo cómo perra en celo por qué se lo follara, eso lo hacía sentirse humillado, nunca había caído tan bajo.

Al estar en el avión Sanji se coloco audífonos, tratando de que el peliverde no sacara ningún tipo de conversación, Zoro interpreto esto cómo una forma de hacerle saber que no queria hablar en con el y durante el camino no lo molestaria, entendia bien el porqué.

Después de un largo viaje llegaron a la ciudad en cuestión de horas, el auto de Zoro fue entregado por uno de los encargados del aeropuerto y ambos subieron aun sin hablar, Sanji en el camino a casa solo veía por la ventana y el peliverde al verlo quería preguntarle el porqué de su seriedad pero prefirió no molestarlo.

Llegaron casa siendo recibidos por Tashigi que con una sonrisa les ayudó con sus maletas sin molestia.

-¿cómo les fue en el viaje?-preguntó sonriente.

-Bien Tashigi, mucho trabajo.-respondió Zoro.

-¿Y usted Señor Sanji?

-Bien, me divertí, pude conocer la playa.-sonrió incómodo.

Zoro fue directo a su habitación tenía que descansar, estaba muy frustrado y además de eso tenía que seguir trabajando, su viaje no fue nada más ni nada menos que para trabajar, no eran vacaciones y sentía que ya merecía unas, pero con tantas cosas en su cabeza era mejor mantenerse activo para no seguir pensando.






Pasaron algunos dias y Sanji solo pasaba todo el tiempo solo, no salia de su habitación y le pedia de favor a Tashigi si podía llevarle la comida a la habitación y esto con la intención de no tener que encontrarse con Zoro.

Todos los dias habia vagos recuerdos de esa noche que venían a su cabeza y como dejó que su Omega interior tomara el control de la situación y aunque no quisiera tener que recordarlo era imposible evitarlo, ahora por ello ni siquiera podía verlo a la cara porque aún seguía sintiendo vergüenza, se suponía que entre ellos dos no podía haber nada más que solo trabajo, pero ahora ya hasta se habían acostado y todo por no tomarse a tiempo sus supresores.

Sin duda se culpaba a sí mismo por lo que paso, de tanto pensar en ello llego a la conclusión de que tal vez tenía que disculparse, o al menos hablar con el, no podía seguir evitando el tema por más que tratase, algún día iba a tener que hacerlo y no iba a estar en paz hasta que hiciera algo.

Ese mismo día Zoro salió de casa yendo hasta la oficina del edificio donde trabajaba aún tenía mucho trabajo por hacer pero antes tenia que hablar con alguien.

Tomo el telefono del escritorio y marcó algunos números, después de algunos tonos contestaron.

-Necesito hablar contigo.

ENTRE NOSOTROS//OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora