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No había pasado mucho tiempo y el auto ya se encontraba con los vidrios totalmente empañados gracias a sus respiraciones agitadas y el aliento caliente que salía de ellos, así cómo también el único olor que había dentro era de las fermonas del rubio que a Zoro ya lo tenían completamente mareado, pero no era malo, a él le encantaba el olor.

Sanji seguía arriba del peliverde pero esta vez sin ropa, los dos estaban desnudos y completamente excitados, el rubio trataba de introducir el miembro del mayor pero a medida que iba bajando sentía dolor en su zona, algo que noto Zoro por los gestos que hacía.

-¿Estas bien? Si te duele dímelo...

-N-no, solo necesito bajar más.

-Puedo prepararte...

Sanji no contesto solo siguió intentándolo, pero la expresión en su rostro era obvio que estaba sintiendo dolor, su zona estaba lubricada por el líquido natural de su cuerpo, lo cual no entendía el porqué del dolor.

-¿no estas lubricado? ¿O soy muy grande para ti?

-Cállate ¿si? No seas egocéntrico.

-Dejame intentarlo, lo último que quiero es lastimarte.-Zoro le dio vuelta al cuerpo del rubio dejándolo recostado sobre los asientos.-Quiero que disfrutes esto tanto cómo yo.-dijo en un susurro.

Tomo las piernas alzándolas hasta sus hombros,al tocarlas pudo sentir cómo estas temblaban, después paso dos de sus dedos por la entrada y así llenarlos del líquido que salía de él para asi lubricarlos.

Introdujo dos dedos lentamente y la cara de Sanji ahora se veía más relajada, toda expresión de dolor se había ido y Zoro pudo verlo.

-Voy a entrar, ¿te parece bien?-Sanji asintió desesperadamente.

Y así lo hizo, entró lentamente en el y parecía ya no haber dolor en el por lo que se movió con más confianza.

Entraba y salía repetidas veces, los labios de Sanji eran mordidos por el mismo para callar sus gemidos, mientras que Zoro no hacía por callar los suyos, quería hacerle saber al rubio que le estaba gustando y darle confianza para que los dejara salir.

Así fue, ya no podía contenerse más, lo estaba disfrutando y mucho por lo que dejo salir sus placenteros gemidos de su boca.

-Me gusta escucharte, no vuelvas a morder tus labios.- dejo un beso en ellos y se concentro en lo que hacía.

Sus cuerpos empezaron a sudar, sus respiraciones eran muy agitadas y Zoro sentía un leve mareo, pero nada grave, sus ojos se habían nublado y se sentía más excitado de lo normal.

Sanji pudo notar cómo el peliverde se acercaba de más a su cuello y eso le causó cierto pánico, le asusto el imaginarse que tratara de marcarlo a la fuerza por lo que lo alejo un poco.

-E-espera...

-¿Que pasa? ¿Te duele?-respondió Zoro.

-N-no, tal vez tengamos que detenernos.

-¿Porque? Yo no quiero detenerme.

-Z-zoro...

El peliverde siguió dando hasta que tocó el punto del rubio, cosa que hizo que pegara un gran gemido.

-¡Agh!, m-mierda, ¡ahí!-dijo Sanji.

-¿te gusta aquí, amor?-susurro.

-S-si, ¡me encanta!

Zoro besaba y mordía levemente el cuello del rubio, sentía una necesidad de morderlo, su Alfa interior se lo pedía, le pedía que maracra ese cuello y hacerlo suyo por completo.

ENTRE NOSOTROS//OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora