Capítulo 18 Esto no hay quien se lo crea

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Corro sin rumbo fijo, dejando atrás el hospital psiquiátrico de Duskshadow. La oscura noche me envuelve por completo, y cada paso que doy resuena en el silencio de la penumbra. Mi corazón late desbocado, impulsado por la mezcla de emociones que se agolpan en mi interior.

La adrenalina fluye por mis venas mientras intento alejarme de la escena perturbadora que presencié en el hospital. La confusión sobre el tratamiento innovador y la brutalidad de lo que presencié se mezclan con el miedo y la incredulidad. ¿Cómo puede considerarse eso una forma de ayuda?

Cada sombra, cada rincón oscuro, alimenta mis temores más profundos. La noche se convierte en mi aliada y en mi enemiga, ocultando mi camino mientras enfrento los horrores que aún resuenan en mi cabeza. Mis pensamientos son una tormenta tumultuosa, y siento que corro no solo físicamente, sino también tratando de escapar emocionalmente de lo que presencié.

A medida que mis pies golpean el suelo con urgencia, los recuerdos traumáticos resurgen con fuerza. La imagen de la chica luchando contra el tratamiento, sus gritos agonizantes y el silencio que siguió a su último aliento se entrelazan en mi mente. La noche, en su oscuridad, parece ofrecer un refugio temporal, pero también intensifica mis miedos.

No sé exactamente a dónde me dirijo, solo sé que necesito alejarme de ese lugar siniestro. Corro sin mirar atrás, dejando que la noche guíe mis pasos erráticos hacia algún tipo de liberación. La búsqueda desesperada de refugio se mezcla con la esperanza de dejar atrás los horrores que acechan en las sombras de Duskshadow.

Mis pies me llevan a un callejón estrecho y sombrío, alejándome aún más del hospital psiquiátrico. La oscuridad es densa, y mis sentidos están alerta, pero el agotamiento comienza a pesar en cada paso. Mis respiraciones entrecortadas revelan la tensión acumulada mientras avanzo sin dirección precisa.

De repente, algo húmedo y frío se desliza bajo mi zapato. Siento la textura resbaladiza y mi corazón da un salto en mi pecho. Temblando por el agotamiento y la tensión acumulada, enciendo la linterna de mi móvil para iluminar el callejón. La luz revela una escena macabra que me hiela la sangre.

A pocos pasos de mí, yace el cuerpo de una mujer completamente desmembrada. Su figura yace en un grotesco montón de extremidades separadas, sin rostros reconocibles. La horrorosa desfiguración completa de su forma me deja sin aliento, mientras mis ojos intentan comprender la brutalidad de lo que estoy presenciando.

El brillo frío de la linterna destaca la escena dantesca, proyectando sombras grotescas en las paredes del estrecho callejón. El silencio pesado se mezcla con el zumbido lejano de la ciudad, creando un ambiente surrealista y aterrador.

El miedo se apodera de mí, pero también una sensación de desconcierto. ¿Qué oscuros secretos alberga este lugar? ¿Cómo he pasado de presenciar horrores en el hospital a encontrarme con esta escena brutal en el callejón? Mi mente lucha por asimilar la sucesión de eventos perturbadores mientras la linterna tiembla en mis manos temblorosas.

Mi pulso se acelera al presenciar la macabra escena ante mí. En mi intento frenético por escapar de aquel callejón, me doy la vuelta, solo para encontrarme con la figura de un lunático, un ser perturbador sosteniendo un cuchillo ensangrentado. Gotas carmesí caen de la hoja metálica, creando un rastro tétrico en su paso.

El rostro del lunático está oculto en las sombras, pero puedo percibir la locura reflejada en su mirada desquiciada. El destello de la linterna ilumina sus ojos, haciendo que parezcan dos esferas vacías y despiadadas. La luz resalta sus rasgos desaliñados y la sangre fresca que adorna su arma.

El miedo se apodera de mis sentidos, y el instinto de supervivencia se despierta con una fuerza abrumadora. Mis piernas tiemblan, pero la adrenalina me impulsa a correr nuevamente, esta vez en la dirección opuesta. Cada paso resuena en el callejón, y el sonido del cuchillo siendo arrastrado por el lunático se mezcla con mis latidos acelerados.

Lunas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora