Lunas Cruzadas

Trozo de papel arrancado Lysandra Dusk

Me veo obligada a guardar este trozo de mí fuera de mi diario. Tengo miedo de que descubran lo que he hecho y como he conseguido librarme de los médicos y me manden de vuelta a este infierno blanco.

Fue complicado, no estaba en mis cincos sentidos por la mediación, pero estaba callada, mirando, aprendiendo del resto de enfermos mentales, sobre todo de aquellos que estaban ¨curados¨.

He aprendido a causar lastimas, a mostrarse simpática y agradable con la gente. Eso les gusta. Los abrazos, los besos, los elogios, aunque todo eso sea mentira. He observado como Eli mira con asco al Doctor Sam. Pero le ha servido, se fue antes que yo.

Solo tuve que aprender sus patrones, mostrarme como alguien rehabilitado, capaz de estar en un espacio común con otros humanos sin matar a nadie.

Ahora estoy fuera, avanzando en la universidad a pasos gigantes que me agobian, pero lo necesito, he perdido mucho tiempo.

Mi madre ha guardado bajo llave los medicamentos, ahora ella me los proporciona. En cambio, yo he empezado a fumar tabaco. Cada día, casi una cajetilla. No es lo más sano del mundo pero notar el humo caliente en mi boca e incluso como la ceniza a veces quema mi piel es reconfortante.

Suena raro, pero lo llevo bien. Estoy centrada. Nadie diría que está sentada con una psicópata a su lado, absolutamente nadie.

A los ojos del mundo, soy la amable Lys super inteligente. Y eso, me vuelve fuerte desde las sombras.

Supongo que guardaré está nota detrás de algún cuadro o dentro de un viejo zapato que no use.

¿Qué por qué querido diario?

No quiero olvidar que soy más inteligente que todos aquí. Que siempre ganaré. Cueste lo que cueste. Verme débil es solo una faceta que voy a perfeccionar hasta que con una sola lágrima tenga el mundo a mis pies. Me lo prometo. No. Habrá. Nadie. Mejor. Que. Yo.