Un mes y medio había pasado desde que dejamos atrás los oscuros recuerdos de Luminaria para embarcarnos en una nueva vida en el pueblo diminuto que ahora llamábamos hogar. La transición fue sorprendentemente fácil, lejos de la agitación y las sombras del pasado. Este rincón tranquilo ofrecía una paz que nunca habíamos conocido.
Nos sumergimos en las labores diarias, trabajando con las manos y viviendo de lo que la tierra generosamente nos proporcionaba. El grupo de carmíneos, incluida yo misma, encontró su lugar en pequeños comercios locales. Algunos se dedicaban al cuero, otros a las telas y demás artesanías. Era una existencia simple pero satisfactoria, lejos de las complicaciones y las amenazas que alguna vez acecharon nuestras vidas.
El pueblo se convirtió en un refugio donde la comunidad era más que un término; era una realidad palpable. La gente se conocía, se ayudaba mutuamente y compartía la belleza de la vida cotidiana. Las risas resonaban en las calles, y cada rincón estaba impregnado de la calidez de un hogar compartido.
Cada domingo, Cassian y yo emprendíamos un breve viaje hacia la casa de mi madre. La encontramos emocionada y rejuvenecida al ver que había descubierto su verdadero motivo de vivir: la conexión conmigo y la aceptación de la realidad que nos rodeaba. Su rostro resplandecía con una alegría que se había perdido durante tanto tiempo.
Sentados en su pequeño jardín, compartíamos historias y risas, disfrutando de la compañía mutua. Había paz en el aire, la clase de paz que solo puede encontrarse cuando has dejado atrás las sombras y abrazado la luz del presente. Los domingos se volvieron un ritual lleno de amor y gratitud, recordándonos lo lejos que habíamos llegado desde aquel oscuro capítulo de nuestras vidas.
Nuestros cuerpos, una vez marcados por las cicatrices de la guerra, se ven ahora vestidos de historias que cuentan de la lucha y la supervivencia. Cada marca es un recordatorio tangible de que la unión sincera entre nosotros es la mayor arma contra las adversidades. Aunque nuestras pieles muestran las huellas del pasado, también reflejan la fuerza de nuestra conexión y el poder del amor que compartimos.
El amor y el compañerismo llenan cada rincón de nuestras vidas en este diminuto pueblo. La risa se entrelaza con el sonido del viento, y el futuro parece brillar con una alegría que nunca hubiéramos imaginado posible. Nos levantamos cada día con la certeza de que estamos rodeados de personas que nos aman sinceramente, y eso nos da la fuerza para seguir adelante.
A pesar de la calma que se ha instalado en nuestras vidas, en lo más profundo de mi corazón persiste una pregunta: ¿Qué habrá sido de Luminaria?
༻✦༺ ༻✧༺ ༻✦༺
El suave resplandor de la mañana filtra a través de las cortinas, iluminando la habitación con tonos dorados. Me encuentro de pie junto a la cama, contemplando el cuerpo desnudo de Cassian que yace en un sueño tranquilo. Un suave suspiro escapa de mis labios mientras recuerdo la pasión y el deseo que compartimos la noche anterior.
Mis dedos acarician la suave piel de mi cuello, reviviendo en mi mente cada toque, cada beso ardiente que compartimos. La intimidad compartida sigue vibrando en el aire, dejando un rastro cálido y embriagador. Observo cada rincón de su cuerpo, como si quisiera grabar en mi memoria cada detalle de esa noche mágica.
El recuerdo de sus caricias persiste en mi piel, y una sonrisa traviesa se forma en mis labios mientras me sumerjo en la memoria de la conexión apasionada que compartimos. La habitación está llena de la energía de nuestro amor, y siento una profunda gratitud por el hombre dormido frente a mí, cuyo deseo y entrega han creado un lazo aún más fuerte entre nosotros.
El aroma del tabaco flota en el aire mientras me encuentro desnuda frente a la ventana, observando el paisaje que se extiende ante mis ojos. Mi mano tiembla ligeramente cuando saco el móvil y tecleo un simple "¿Cómo estás?" dirigido a Theo. Las palabras parecen pesar más de lo que deberían, como si llevaran consigo el peso de decisiones pasadas.
Siento que este pequeño gesto es un error, una brecha que se abre en la calma que hemos construido. El humo se enrosca alrededor de mí, creando una cortina que refleja la turbación de mis pensamientos. Pero, a pesar de la inquietud, una parte de mí busca respuestas, incluso sabiendo que podrían desencadenar tormentas que preferiría evitar.
Me vuelvo hacia la ventana, llevando el cigarrillo a mis labios en un intento de encontrar algo de calma. La habitación está llena de silencio, solo interrumpido por el suave murmullo de la brisa que se cuela por la rendija de la ventana.
La punta encendida del cigarrillo emite destellos rojizos en la penumbra de la habitación. Inhalo profundamente, dejando que el humo danzante se disperse en el aire. Mis pensamientos están enredados en la incertidumbre del mensaje enviado a Theo, una simple pregunta que esconde un mar de emociones no dichas.
Justo cuando estoy sumida en mis pensamientos, una ráfaga de viento irrumpe en la habitación, apagando la brasa ardiente del cigarrillo. Un suspiro escapa de mis labios, como si la brisa quisiera llevarse consigo mis inquietudes. Observo la espiral de humo desvaneciéndose en el aire, y me pregunto si la respuesta de Theo será la chispa que avive o apague las llamas de mi pasado.
Fin o no...
A continuación capítulos extras:

ESTÁS LEYENDO
Lunas Cruzadas
Misterio / SuspensoEn Luminaria, donde las sombras danzan con la luz, cada ciudadano guarda un secreto en los pliegues de su alma, y las verdades se entretejen en la penumbra de sus destinos entrelazados. "¿Puede el amor, como un cigarro encendido, desafiar la oscura...