El viaje de vuelta a casa de Cassian transcurría en un silencio incómodo que solo se veía interrumpido por el suave murmullo del motor del auto. Estábamos Theo, callado y con una expresión inescrutable, y yo, visiblemente agotada después de pasar un día entero sin dormir debido a los perturbadores eventos en la iglesia con la Orden de la Luna Negra. Con los recuerdos nítidos así como las sensaciones perturbadoras.
Mis dedos jugaban nerviosamente con el libro vacío que se aferraba a mis manos. No me atrevía a soltarlo desde la tarde anterior. Era como si contener ese objeto vacío pudiera llenar el hueco que ahora existía en mí, un espacio dejado por lo que ocurrió en la iglesia. El libro, normalmente lleno de palabras y significados, ahora era solo un recordatorio tangible de lo que se perdió.
Theo, a mi lado, estaba en silencio, pero su mirada no lo estaba. Sus ojos lanzaban furtivas y penetrantes miradas hacia mí. Aunque su rostro permanecía inexpresivo, sus ojos revelaban una mezcla de preocupación y algo más que no podía descifrar por completo.
El agotamiento pesaba en mis párpados, pero más allá de la falta de sueño, era la carga emocional lo que me tenía exhausta. Cada toque al libro era como una búsqueda desesperada de consuelo, como si las páginas en blanco pudieran de alguna manera llenar el vacío creado por los eventos recientes.
La distancia entre el libro y yo me quemaba por dentro. Era como si la esencia misma de lo que representaba estuviera fuera de mi alcance, y esa sensación me consumía lentamente. Mientras el cielo se teñía de tonos dorados del amanecer, el viaje hacia la casa de Cassian se volvía más que un simple trayecto físico. Era un viaje emocional, con miradas no dichas y el peso de lo no expresado flotando en el aire, creando una atmósfera densa y llena de significado.
Al estacionar el coche frente a la casa, pude ver a Cassian asomarse por la ventana. Su rostro reflejaba el mismo agotamiento que yo sentía. Sus ojos, normalmente centelleantes, estaban sombreados por la preocupación. Al salir del automóvil, Theo y yo intercambiamos miradas, compartiendo la carga silenciosa de las horas pasadas.
Antes de que tuviera la oportunidad de dar el primer paso hacia la puerta tras bajarme del auto, Cassian salió corriendo de la casa. Sus pies golpearon el suelo con urgencia, y su expresión mezclaba alivio y angustia. En un instante, me envolvió en un fuerte abrazo, como si temiera que desapareciera si no me mantenía lo suficientemente cerca.
—¡Pelirroja! — exclamó, al borde del colapso emocional. —Te hemos estado buscando por las calles desde las diez de la noche. ¡Casi diez horas, Lys! Estábamos desesperados.
Podía sentir la tensión en sus palabras y en el apretón de su abrazo. La realidad de cuánto tiempo estuve fuera de su alcance se reflejaba en su voz agotada. Mis ojos encontraron los suyos, y en ese intercambio silencioso, comprendí la magnitud de la preocupación que había causado. La casa detrás de él parecía un refugio seguro, pero la tensión en el aire aún persistía, como una sombra de la incertidumbre que había sembrado mi ausencia.
Después de un desesperado beso por parte de Cassian, nuestros labios se separaron, dejando en el aire un eco de emociones intensas. Cassian, con los ojos llenos de alivio y preocupación, apartó su mirada hacia Theo, cuyos ojos parecían escrutar cada rincón de mi ser.
El silencio tenso se rompió cuando Cassian, siendo un carmíneo, miró a Theo con una expresión intensa, como si buscara respuestas en sus ojos. La tensión en el ambiente era palpable, y Theo, siendo un lunático, era consciente de la preocupación de Cassian. Antes de que la ansiedad pudiera apoderarse de la situación, Theo habló con calma.
No la he lastimado. —aseguró Theo, su voz firme y segura. —La he salvado de volverse una lunática. Lo que ocurrió en la iglesia... no sabía nada, Cassian. Todo se ha ido a la mierda.
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Lunas Cruzadas
Misterio / SuspensoEn Luminaria, donde las sombras danzan con la luz, cada ciudadano guarda un secreto en los pliegues de su alma, y las verdades se entretejen en la penumbra de sus destinos entrelazados. "¿Puede el amor, como un cigarro encendido, desafiar la oscura...