𝔻𝐚𝐫𝐤 𝕊𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐬 || ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ ✔

🏆 | 3. Los Weasley

18 de Agosto de 1994

Nora abrió los ojos despertándose lentamente. Se incorporó en la cama y miró a todos los lados en busca de su mascota, que no se encontraba en la habitación. Nora se levantó mientras bostezaba y se dirigió al baño, se lavó la cara con agua fría para quitarse el sueño, se peinó y salió del baño para comenzar a vestirse.

Se puso unos vaqueros largos rotos por las rodillas, un jersey negro de cuello y manga larga por dentro del vaquero y unas zapatillas deportivas blancas que se encontró en un mercadillo muggle unos meses atrás.

Nora se acercó al espejo del baño (que le pidió a Dumbledore unos días antes) y empezó a mirar su reflejo: Nora era una chica de estatura mediana, tenía el pelo negro y largo, un poco ondulado y con las puntas totalmente moradas, color que se le quedó permanentemente después de tener aquel accidente con las sombras. Sus ojos eran azules oscuros con unas pestañas largas que contrastaban con su rostro y su piel era bastante clara. Físicamente era bastante delgada pero con los hombros anchos.

Nora dejó de mirarse al espejo y decidió ir a desayunar al Gran Comedor, donde se encontraban la gran mayoría de profesores de Hogwarts preparando el nuevo año escolar.

Salió de su habitación deprisa y bajó las escaleras para llegar a la sala común, pasó por el retrato de la dama gorda dandole los buenos días y se fue corriendo para no tener que pararse mientras bajaba las escaleras cambiantes. La puerta del Gran Comedor estaba completamente abierta, habían cuatro mesas en vertical vacías y una mesa en horizontal al fondo de la sala, donde todos los profesores que se encontraban en Hogwarts estaban desayunando. Nora llegó hasta un sitio vacío al lado del profesor Snape.

— Buenos días, profesor Snoopy — Saludó Nora. El hombre la miró con una mueca y la ignoró completamente. — Amargado...

— ¿Como ha dormido hoy, señorita Everhart? — Preguntó McGonagall.

— Realmente mal, hoy es la final del mundial de Quidditch y no podré ir, tenía muchas ganas— Respondió Nora.

— De hecho, si podrá — Dijo ahora Dumbledore — Harry me ha enviado una carta, te invita a ir con él y los Weasley al mundial.

— ¿¡Es enserio!? — A Nora se iluminó la cara. Dumbledore rió mientras asentía con la cabeza y Mcgonagall la miraba con una pequeña sonrisa.

— Después del desayuno te llevaré a la casa de los Weasley y te quedarás con ellos hasta mañana.

Nora no sabía quienes eran los Weasley pero tampoco perdió tiempo preguntándolo. Agarró una tostada del plato del profesor Snape, que la miró como si hubiera cometido un delito y se la llevó a la boca engulléndola.

Cuando acabó su tostada, se levantó de la silla haciendo un ruido espantoso, llamando la atención del resto de profesores de la mesa.

— ¡Ya está! ¿Nos vamos, profesor? — Dumbledore la miró con una sonrisa.

— El mundial no empieza hasta dentro de tres horas, ¿Porqué tanta prisa?

— ¡Llevo una semana y media encerrada en este castillo leyendo libros antiguos y recibiendo sus lecciones, quiero tomar el aire!

— Sabe que hay un enorme jardín y un bosque al que puede acceder en cualquier momento ¿Verdad, señorita Everhart?

— Ah, ¿Sí?