La vida nunca fue sencilla para él. Siempre que se esforzara en tratar de mejorar o de avanzar las enormes piedras de su camino lo bloqueaban. El universo nunca lo dejó solo, porque siempre tuvo personas a su alrededor para que pudiera seguir adelante, que lo ayudaran a mover esas rocas y estaría eternamente agradecido.
Entonces cuando llegaba al final, miró hacia atrás, no para arrepentirse o avergonzarse de lo que fue o cómo comenzó, sino para sentirse orgulloso, que no defraudó a su antiguo yo.
Lee MinHo desde pequeño veía las películas, los documentales, los cortos y tenía muchos juegos en su celular acerca de la Fórmula Uno. Era su pasión y más que un sueño también, una meta. Se cumplían casi tres años desde su debut como piloto de carreras. Con tan solo veinte años visitó más de quince países y conocía a buenas personas. Llamó la atención de muchos patrocinadores y equipos por su gran desempeño y habilidades.
Hoy terminaba su práctica en la antigua pista de carreras de Corea del Sur, que ya no pertenecía al calendario y los dos equipos residentes en el país la compraron para hacer prácticas totalmente privadas.
Luego de una hora y treinta minutos probando el carro que utilizaría, tuvo suficiente y terminó, llegó a los Pits. Iba a continuar su camino para hablar con la señora Hwang, la jefa de equipo que para su suerte precisamente ese día estaba cerca. Vió a un chico desconocido con el uniforme de su equipo.
Había movimiento a su lado. Tenía varias preguntas, pero la más importante era si renovarían su contrato por tercera vez.
—Buenas días jefa, necesito saber cuándo firmaré mi renovación de contrato. Tenía días intentando hablar con usted—La señora lo miró de arriba abajo, examinándolo, como si intentara recordar quién era.
—No estarás más dentro. Te lo iba a decir pero ya estabas en el monoplaza. Mira, necesitamos una nueva imagen. Nuestro equipo quiere experimentar con personas competentes, apenas dominas el inglés, busca otro equipo rápido, sabemos que tienes demasiadas propuestas. Eres bueno, pero muy irresponsable.
Estaba fuera de Nebula, del equipo dónde creció dónde creció. La mujer habló tan pasiva, como si no hubiera acabado con su vida, como si hubiera sido un peón más rodeado de importantes torres, caballos y alfiles. Sabía que cuando el mundo se cayera a su alrededor, debía intentar de todo para que el suyo no se cayera también, pero ahora estaba hundido.
¿Por qué?
—¿De qué está hablando?-Intentaba calmar desesperación inevitable, su respiración estaba agitada y se encontraba totalmente asustado y perdido.
—De la carrera en Jeddah, dos veces MinHo. ¡Dos veces te mandaron a cambiar los neumáticos! ¿Y qué hiciste? Ser la persona más terca y quedamos en último lugar por tu maldita culpa—Ella se giró para seguir mirando la pantalla de su celular.
—¿Ahora qué haré? ¡Quiero saber por qué no me dijeron antes! Queda muy poco tiempo para que comience la temporada y es totalmente injusto que no me digan tampoco las razones para echarme—La jefa soltó una risa de chantaje y esto hizo enojar aún más a MinHo, que a este momento estaba exaltado y gritando—¡¿Es por ese chico, él va a reemplazarme?!—MinHo estaba agitado y no pensaba con claridad.
—No nos interesas de ahora en adelante, ya te dije que buscaras opciones—No le importó el miedo que tenía el menor de verse solo, el equipo nunca veló por él-Me hablas con respeto que sigo siendo mayor que tú. "El chico" tiene nombre: Hwang HyunJin, eres lo suficientemente inteligente para sacar las conclusiones. Ni una palabra de esto a los medios Lee, o me encargaré yo misma de hacer pedacitos tu carrera y sepultarla.
Se había acabado todo por lo que alguna vez luchó. La impotencia tan grande que sentía no contaba con una medida exacta y sus ojos se aguaron de angustia y de tormento. No tenía idea de nada.
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Golpeaba el saco de boxeo, imaginando que era él mismo, maldiciendo en voz alta, soltando groserías. Su cabeza aún no se había enfriado, ni siquiera comenzaban a bajar las altas temperaturas que por allí rondaban.
Llamó a su mejor amigo, que entrecerraba sus ojos esperando a que terminara porque decía cosas demasiado rápido y sin sentido para así poder mantener una conversación normal, sin insultos de por medio. Esperó y esperó pero el muchacho no pensaba acabar.
—MinHo...¡MINHO!
Le jaló de los hombros y sujetó sus brazos. Si continuaba así se dañaría las manos.
Tenía mechones de su cabello color cobrizo pegados en la frente por el sudor y mordía fuerte su labio inferior, sus párpados le pesaban mucho.
—¡Cálmate!—Dió dos bofetadas en la mejilla derecha, lejos de notarse agresivo era una de las formas que tenían para tranquilizarse mutuamente.
El grito que le pegó ChangBin sedó al pelinaranja. Aceptó el agua que este le dió y se sentó para poder respirar mejor y aclarar sus ideas.
Cuando pudieron hablar el chico comprendió todo mejor, y pudo darle su punto de vista. Siempre le dijo que ese equipo no iba a darle nada bueno, porque realmente no lo eran, sin embargo era la ocasión equivocada para hacer enojar más a su mejor amigo.
—Amigo, estás jodido.
—Vaya ChangBin, yo muriéndome y tú con las bromitas, pensé que podía contar contigo—Suspiró y rodó sus ojos para así comenzar con el movimiento incesante de su pierna.
—Wow, take it easy bro. Solo quiero aligerar la situación porque de dos cabezas alteradas no sale nada bueno, así que pensemos juntos y con calma.
MinHo ya intentó contactar con el otro equipo que tenía la cede en el país, que realmente era la única y primera opción con la que contaba, el mejor de todos: Zenith. Le rechazaron, y ni siquiera pensaría en un equipo de media tabla, jamás, era consciente de que era mucho más que un simple corredor que se confirmaría con lo peor.
No sabía que haría ahora, ya no tenía representante, ni un asistente y las nuevas competencias estaban respirándole en la nuca.
—¿Ya intentaste hablar con Han JiSung?
¿Ese quién era? Jamás en su vida escuchó ese nombre, no tenía conocimiento de que algún corredor que llevara ese nombre y si lo hacía realmente necesitaba una actualización pero rápido.
—Él tiene algunas clases en común con mi hermana, si no me equivoco estudia diseño gráfico o algo así, es un año menor. Es el hijo de Han JinSe.
Han JinSe, solo había uno, uno que sí conocía bastante. El jefe de equipo de Zenith. Entonces hablar directamente con su hijo podría ser demasiado útil y altas posibilidades de formar parte.
—Solo dime dónde encontrarlo. Me meto hasta al fin del mundo.
Brincaba de felicidad al saber de que tendría otra oportunidad, no la dejaría escapar. ¡Para eso existen los amigos, carajo!
—Anda siempre con su padre, ya sabrás tú dónde anda el señor Han, yo no soy el que está relacionado con eso Lee.
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Verde, Amarillo & Rojo - MinSung
RandomAún con pocos años de experiencia tenía un futuro prometedor, pero necesitaba un equipo. Uno que solo le podía proporcionar Han JiSung. El arrogante estudiante de Ilustración de diecinueve años. . . . . . . . . . 🍁Portada creada por IA. 🍁Lenguaje...