Doce

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Imola era de sus lugares favoritos. No dudó en pedir esa semana libre en la universidad para poder visitarla de nuevo. Sus profesores y director aceptaron sin problemas.

A su padre le encantaba viajar juntos, y más cuando podía celebrar físicamente con él las victorias en el momento. Más aún cuando se iban de paseo por las ciudades.

Adoraban los hoteles, y aunque le daba vergüenza por la actitud tan extrovertida y espontánea ya que no se parecían en nada respecto a eso, disfrutaba las pequeñas fiestas que hacía junto al personal de allí y sus amigos o compañeros.

—¿Dónde está mi otra estrella?—Preguntó JinSee, refiriéndose a MinHo, lo buscaba por todo la piscina, sin éxito.

JiSung estaba haciendo algún garabato extraño en su tablet, inspirado en el mojito que bebía su padre.

—Busca a MinHo, porque debería de estar aquí ya, ¡uno viene a los hoteles a gozar no a dormir!

De todas las personas que habían allí, decidió que la mejor opción sería él, gracias papá. Rodó sus ojos molesto, porque tal vez cuando retomará el dibujo, ya no tendría inspiración.

Sabía que número de habitación era, con gusto, contradictorio a sí mismo, iba contento hacia su destino.

Tocó dos veces la puerta y la misma se abrió sola.

Estaba frío el lugar, creyó verlo acostado durmiendo, pero es como si estuviera sola la habitación. Nada que ver con lo que pensó, estaba todo realmente acomodado y recogido.

—...¿MinHo?

El nombrado salió del baño, luego de escuchar la puerta siendo forzada, además al reconocer la voz, no le importó el hecho de estar sin algo que lo cubriera.

—Hola JiSung, ¿qué necesitas?

Su desnudo torso y sus brazos lo llamaban como si fuera un imán. Aquella imagen se quedaría para siempre en su memoria.

—¡Ponte algo!—Tapó sus ojos, como si fuera mentira que quisiera seguir observándole.

—¡Detente JiSung, ya había tendido la cama! No puedes entrar así a mi habitación y luego esperar que yo esté vestido a tu gusto—Se defendía de las almohadas y cosas que le lanzaba dorevtaia la cara—Además somos hombres.

Qué tonto eres, Lee Know.

Acomodó una de los cojines que le lanzó para taparse, lo más que pudo, mientras veía todo el desorden que había hecho el pequeño demonio de pelo negro y lentes.

—Que seamos hombres no te obliga a ser tan irrespetuoso, ¡¿y si hubiera sido otra persona?!

—Salí porque conocí tu voz, no soy estúpido—JiSung todavía mantenía sus ojos cerrados, y los apretó al escuchar aquello, ocultando su sonrojo—Pero dime, ¿qué necesitas?

—Yo de ti nada—Mostró su hermosa personalidad—Es mi padre, se descargaba en mi como si yo fuera el culpable que estés encerrado aquí.

MinHo suspiró y luego se rió.

—¿Es todo, precioso?

Le coqueteó, estaba seguro, aquella sonrisa la reconocerían entre millones de personas en un carnaval de Brasil. Igual no caería en sus fatales encantos, no quería estar en la calle del mal paso.

Se volteó, como tanto sabía hacer, al estar cerca de aquella manilla, puso su mano dispuesto a salir pero algo lo hizo retroceder. Trancó la puerta.

Quería lograr de ese momento uno especial, porque las cosas estaban incómodas pero lo estarían aún más después.

Verde, Amarillo & Rojo - MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora