Dos

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Transcurrieron dos días en los que estaba sin equipo, y cada hora se volvía más desesperado. No había podido contactar al tal “JiSung”. Con muchas llamadas, fue a la universidad y ni así lo encontró.

Estaba en ese punto de que el primero que le hablara de mala forma, no se aguantaría y le pegaría. Así que con las pocas ganas que tenía de salir de su casa, fue al único lugar que lo relajaba y estresaba a la vez. La pista de entrenamiento, esa misma donde lo hecharon.

No le fue difícil pasar, pensaba que sí porque ya no formaba parte del equipo además todos ahí dentro deberían de saberlo, pero todo salió perfecto cuando el viejo portero no tenía conocimiento de la situación de MinHo ya que nadie le avisó. El pelinaranja se aprovechó de esto, en buena manera. No tocaría ningún monoplaza, ni se acercaría a su antiguo equipo, solo se sentaría en las gradas vacías a calmarse.

Creyó que estaría solo porque eran casi las seis de la tarde, y el personal no solía estar arriba. Le sorprendió que estuviera un chico sentado, traía puesto audífonos. Utilizaba lentes y los mechones negros ondulados tapaban casi su cara completa, estaba concentrado en dibujar un cuaderno que tenía en las piernas.

Necesitaba saber quién era él, qué estaba haciendo allí. Se acercó un poco, y se sentó no tan lejos pero tan poco tan cerca. El muchacho de pelo negro sintió su presencia, cerró su cuaderno con brusquedad y asimismo jaló los audífonos, mantuvo una mirada de desagrado hacia MinHo.

—¿Te gustan las carreras?—No hubo respuesta, siguió observándole como si fuera un pedazo de caca—Yo no sé si pueda seguir corriendo, me sacaron de mi equipo y queda muy poco tiempo para encontrar otro. Creo que perderé la cabeza.

MinHo puso los codos en sus muslos y sujetó su cabeza con las manos, tenía la vista perdida en la carretera, viendo como algunas personas recogían sus cosas. Pensando también en como su sueños se desvanecían y su vida colgaba de una servilleta mojada.

—Entonces esperas que yo hable con mi padre para que de la nada pertenezcas al “mejor” equipo de la Fórmula Uno—Suspiró con obviedad, como si supiera lo que MinHo iba a decir.

Todo tenía sentido.

—¡¿Eres tú, Han JiSung?! ¡Te he estado buscando!—Se levantó de las gradas lleno de esperanza aún. Al fin sí pudo conocerlo. ChangBin no perdió razón cuando le dijo que buscara una foto en internet, pero él estaba demasiado ocupado en seguir haciendo llamadas que no iban a ser atendidas—Ya conectaté con Zenith, pero me rechazaron y mi única ayuda eres tú ahora. Te rogo que me ayudes, por favor, haré lo que me pidas lo juro-

—Alto alto, yo no tengo nada que ver con esta estupidez. Considero que una real pérdida de tiempo y tus problemas no me interesan en lo absoluto, no soy una paloma mensajera, tengo cosas muchísimo más importantes para hacer que ayudar a un piloto desempleado, gracias por cortarme la inspiración Lee MinHo—Su padre lo llamaba, seguramente para regresar ya a su casa.

¿Cómo podría caber tanto odio en alguien de diecinueve años? MinHo quería romperle la cara por haber llamado “estúpido” al deporte, él no tenía derecho para decir tales cosas y menos para tratar así a alguien, pero si hacía eso, no solo estaría fuera de cualquier equipo, sino que de la Fórmula Uno.

—JiSung—Iba alejándose poco a poco pero se giró al escuchar su nombre, miró a los ojos oscuros del mayor—Ignoraré que hayas rebajado el esfuerzo de muchos de aquí porque en serio necesito un lugar, te pido que pienses—Se volteó y bajó corriendo las escaleras.

Hizo lo último que podía, si no lograba nada tendría que despedirse de todo lo que alguna vez fue, enmarcar aún mejor sus medallas y trofeos para comenzar a buscar un trabajo.

Verde, Amarillo & Rojo - MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora