Tres

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La prensa y los medios rodeaban el auto de MinHo, querían saber por qué a estas alturas no aparecía en Nebula, y había un nuevo corredor que confirmaba su contrato, uno que nadie conocía. Lo llenaron de preguntas.

—¿Es cierto que te reemplazaron?

—¿Dónde estarás ahora?

—¿Decidiste no renovar contrato?

—¿Qué crees del nuevo corredor?

—Queda poco tiempo, ¿y aún no apareces en la página oficial?

Lo estaban molestando mucho, pero aún así no dijo ninguna palabra y solo hizo el intento de seguir su camino. Pero las personas seguían sin entender las palabras “espacio personal” y “privacidad”. Recordó lo que le había dicho su antigua jefa, así que optó por cerrar la boca, no solamente por ella, sino que no quería especulaciones.

Pudo deshacerse de las entrometidas cámaras y micrófonos cuando el personal de la universidad les negó el paso. Él estaba allí para llevarle el almuerzo olvidado a la hermana de ChangBin, con quién creció también.

Buscaba el aula de la chica lo más rápido posible para irse de allí, por la chicas que comenzaban a acosarlo. No detestaba eso, sino que no se conformaban con un autógrafo, abrazo y fotos, ellas querían más.

Se giró dispuesto a entregarle el almuerzo a su profesora y que ella se lo diese, cansado de no encontrarla iba con los ojos cerrados y al abrirlos vió como un grupo compuesto por Han JiSung y dos chicos más se detuvieron a mirarle con desagrado.

Había un chico de pelo azul que tenía pecas, solo tapo su boca para burlarse, el otro, un castaño ni siquiera disimuló su expresión y JiSung estaba serio.

—Oh vaya, Ji, ahora también te sigue a la escuela. Deberás contratar a un guardaespaldas privado, así no podrás salir a la calle—Rodó sus ojos, riéndose como un idiota.

MinHo estaba enojado, apretaba el agarre de la bolsa con comida. Entrecerró los ojos, esperando por la reacción del pelilargo.

—Tienes razón, creo que ya se cansó de perder el tiempo jugando con carritos y ahora busca algo más interesante—Sacó su celular y tomó una foto de la cara de MinHo, que fruncía el ceño.

Él tuvo suficiente, jaló su brazo y se lo llevó al primer salón vacío que hubiera. No le importó las quejas por parte del ondulado, lo arrastraba lejos de sus amigos.

Entraron juntos a uno de los muchos laboratorios de química y trancó la puerta tras ellos.

—¡Estás loco! Déjame salir, maldito loco—Respiraba con rapidez, con su ojos bien abiertos muy alterado. Trató de apartar al pelinaranja pero moverlo era como empujar la catedral de Alemania.

—¿Me vas a decir que mierda tienes contra mi? Escucharme bien niño, no te hecho nada y acudí a ti aquel día porque enserio necesitaba tu ayuda, pero más nada. Ni siquiera sabía que existías, no me conoces tampoco así que piensa bien si vas decir algo estúpido sobre mi o mi deporte—El estudiante retrocedió unos pasos cuando el otro chico se acercaba—Te expliqué bien por qué mis razones para hablar contigo y tú...solo eres un tigre, muy arisco.

—El único que parece un felino aquí eres tú, pero un gato, esos de la calle que son maltratados por robar comida—Cruzó sus brazos, arrugando su nariz.

—¡¿Ahora me llamás ladrón?! No eres normal, por Dios—Suspiraba de mala gana.

—Te lo digo de nuevo, déjame ir. No me interesa tu situación, tengo mi propio éxito que mantener.

El universitario gritaba, para lograr desquiciar al mayor y que lo dejara libre. Las quejas se escuchaban incluso detrás de la puerta. No le importaba dañar su garganta si eso significaría reventar los tímpanos de MinHo. Este último solo se dedicaba a observar la actitud sin sentido de JiSung, que estaba haciendo una rabieta como un chiquillo mimado, pero eso era.

—Niño, cállate ya—Sujetó sus hombros y lo sacudió mientras que JiSung intentaba apartarse—Eres un hombre carajo, ¿o qué edad tienes?—Sentían sus respiraciones cerca—Si pintar te diera tan fácil como despreciar a las personas, serías un verdadero artista.

El rostro enojado de JiSung cambió, bajó su mirada y aflojó el agarre que tenía en los antebrazos de MinHo y se fue corriendo.

El pelinaranja pateó uno de los pupitres y luego lo golpeó. Ya había jodido la única oportunidad de pertenecer al mejor equipo, y definitivamente tendría que entrar uno ese mismo día si era posible. Era lento y el tiempo se iba rápido. Acostumbrarse a un nuevo coche, nuevas reglas y adaptarse en general no iba a ser sencillo del todo,

—¡Soy un pedazo de basura!

Gritó para sus adentros, lo último que necesitaba era insultarlo y ahora la había cargado grande.

Se arrepintió, sin embargo ya era tarde, porque dejó rápidamente el almuerzo con alguien de confianza en lugar de seguirlo para decirle que lo sentía, pero no lo encontró tampoco por el campus de la universidad  y ahora terminaba de aparcar su coche en el garaje de su casa.

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La carne estaba cocinándose, y se freían algunas papas en el sartén. Momo limpiaba el suelo mientras ChangBin sacudía y acomodaba los estantes de la sala, los dos atendían a la historia que contaba MinHo. Estaban en el departamento de la pareja, y todos cumplían con alguna encomienda de hogar.

—Entonces lo secuestras y lo llevas a un salón vacío para que te explique el por qué de sus actitudes y luego haces lo mismo con él, ¿insultarlo? MinHo por el amor de Dios—ChangBin puso sus dedos en su frente, rezando por paciencia—Hundiste bien profunda la pata Lee.

Momo recostó su cuerpo en la escoba, estando totalmente de acuerdo con el amigo de su novio.

Ella había intentado contactar a dos equipos más pero ya estaban completos, por lo que no había otra cosa que pudiera hacer. Movilizó a un montón de personas pero nadie dió con un objetivo. Ninguno de los tres tenían alguna solución.

—Min, para mí lo que debes de hacer es disculparte, puede que no soluciones nada, pero meterte con su sus gustos solo le demostró que podrías ser como él o incluso peor y no es verdad. Entiendo que lidiar con alguien tan superficial es horrible, me pasa siempre en la compañía, pero no se trata de ser iguales y menos dejarte ofender—Estaba escuchando todo, aunque no lo pareciera por estar concentrado en que la comida no se quemara, por suerte no pasó y ya estaba todo listo para cenar.

—¿Creen que si hago eso hablará con JinSe?—Su mejor amigo negó con la cabeza repetidas veces y su novia solo suspiró y continuó su tarea—Chicos...por favor.

Se apoyó en la isla de la cocina mirándolos, fruncía el ceño además de sonar incesante la cuchara contra un plato.

—No es acerca de eso, es darle a entender que realmente sientes lo que pasó. Lo heriste, amor.

La mesa estaba servida, a todos le gustaba reunirse de vez en cuando para comer juntos, era una pequeña tradición que los jueves pasaran la tarde - noche juntos cada vez que tenían tiempo libre en sus agendas, les gustaba pasar tiempo juntos, y sobre todo adoraban la comida de MinHo.

—Mañana, mañana lo buscaré y todo irá bien, lo sé—Quería creerlo, pero ahora lo que más quería era probar aquel platillo que tanto le costó terminar.

Verde, Amarillo & Rojo - MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora