Diez

30 7 0
                                    

Aquella mañana debería de dar, poner todo de sí. Entregarse en cuerpo y alma a esa pista. Tenía muchas cosas en juego, era la oportunidad de demostrar que era el piloto.

Se encontraba en medio de una incómoda entrevista, donde los periodistas no dejaban de meterse con su color de cabello, en lugar de preguntar acerca de lo que realmente importaba, la carrera.

—¿Intentarás entonces con el color azul? Pero ya lo utilizaste, ni siquiera recuerdo ya, haz tenido un arcoíris en tu cabeza.

Los odiaba e ignoraba, simplemente intentó escuchar las preguntas que verdaderamente interesaban. Porque esas personas comenzaban a ser realmente metiches. Tenía cámaras transmitiendo en vivo justo en su cara, así que tuvo cuidado con las expresiones. Apesar de estar nervioso por su inglés se desenvolvía excelente.

—¿Cómo esperas tus resultados? Ahora tienes contigo al monoplaza más veloz—Indagó un joven, un recién graduado al parecer.

MinHo sonrió y sintió la medallita de San Judas Tadeo en su bolsillo, que llevaba con él desde que inició en los Carts, un regalo de sus dos padres. Era su amuleto.

—Espero una victoria, estoy en una buena clasificación, se logrará—Las cámaras comenzaron a captar muchas tomas luego de aquello como si fuera una declaración.

La señora Hwang escuchó toda la pequeña entrevista y rápidamente le susurró algo a su hijo, que hoy era su debut.

—El reemplazo, ¿crees poder ser tan bueno como él lo fue teniendo el segundo carro más veloz de la parrilla?

—¿Estás aquí solo por ser una cara bonita? Recuerdo haberte visto en colaboraciones con marcas de moda prestigiosas.

Ellos eran muy duros con esas preguntas tiradas al aire.

HyunJin estaba nervioso, su madre le dijo tantas cosas sobre cómo responder a esas preguntas que las terminó olvidando. No quería dejar rumores o que comenzaran a inventar cosas. No conocía a MinHo, no tenía por qué odiar a alguien solo por ser bueno en algo que él también era y eso era lo que querían insinuar esas personas.

—No intento ocupar el lugar de nadie, tampoco soy un reemplazo y no soy una persona que envidia a las demás—Todos grabaron eso en sus mentes—No pensaré en el pódium, aunque tal vez quede en buenos lugares, lejos del diez pero cerca del quince—Mostró sus dientes en un tímida sonrisa, y sólo veía los flashes apuntando hacia él. Dió por concluída la entrevista.

Mientras que la mujer Hwang fulminó con la mirada cuando lo vió entrar. No tenía por qué haber dicho eso. Responder claramente las preguntas con un sí o un no hubiera sido más sencillo. Pero se tranquilizó al sentir la mano de su camarada en su cintura.

Los periodistas se entretuvieron conversando y grabando al muchacho brasileño, Casperino Rossé. Que “era alguien muchísimo más alegre que los rostros de allí” según ellos.

Aquellos veinte corredores fueron directamente a sus monoplazas para la vuelta de formación. JinSee se encargó de darles apoyo a sus dos campeones, se mordía las uñas por la incertidumbre.

Christopher antes de subirse, se acercó al pelinaranja y le dió sus más sinceras fuerzas, gesto que fue devuelto por un apretón de manos más tarde convertido en un abrazo por parte de MinHo.

Nada podría detenerlo, el carro tenía ya la temperatura luego de aquella primera vuelta a velocidad moderada.

Estaba listo, cómodo en el monoplaza. Sus ojos negros y expresivos estaban fijos en la pista. El sonido de los motores acelerando entraban por sus oídos, recordando lo que era su pasión, le hacían saber que para eso estaba hecho, a dónde únicamente pertenecía.

Verde, Amarillo & Rojo - MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora