Había tenido una pelea con Momo horrible por teléfono. Ella era siempre muy tranquila y comprensiva, pero cuando se enojaba no dejaba nada en su garganta.
Entendía de MinHo podía estar ocupado con sus prácticas, nunca se quejó. Pero le molestó demasiado que pasaran catorce horas sin comunicarse. Aunque era algo tal vez tonto, ella realmente se preocupaba.
Además de que sintió celos al ver aquellas fotos en internet de su novio con otro chico, cuando no le había avisado. Le había vociferando a través de la pantalla, y su ira incrementó cuando MinHo le dijo que tenía que cortar la llamada porque comenzaría a entrenar.
El de pelo naranja se molestó mucho, al saber que ella desconfiaba de él, aún sabiendo que tenía toda la razón.
Ella era capaz de tomar el primer avión que hubiera y aparecerse en esa ciudad.
MinHo se encontraba estresado, se sentía fatal, e incluso había vomitado tres veces. Además, el ejercicio físico lo volvían alguien mucho más agotado.
Sentía la presión de la traición que había cometido. Estaba terrible, no era digno del perdón de su chica. Si hubiera estado borracho ¡Pero estaba totalmente en sus cabales y bastante consciente!
Adoró experimentar con ese cuerpo joven. No quería llamarlo tampoco así, un “experimento” tal vez solo quiso descubrir qué era eso que llamaba tanto su atención. Eso lo tranquilizaba, a la vez volviéndolo loco al saber que le había encantado probar esa mermelada de guayaba.
Quizás por la delicadeza que emanaba JiSung, incluso teniendo facciones y rasgos totalmente masculino. Recordó como sus manos encajaban perfectamente en la cintura del menor. El cómo sus bocas se unían como piezas de rompecabezas.
Le importaba un carajo su bisexualidad, sus cercanos lo sabían. Ya tuvo suficiente de eso con que le gustara su profesor de química desde los doce años hasta los catorce años. Lo que lo atormentaba era que sabía que ese gusto se volvía cada vez más peligroso.
Porque él tenía novia y la amaba.
Se detuvo un momentito a recordar la pequeña pero tierna interacción que tuvo con JiSung esa mañana en el desayuno, lo había atrapado dibujando con las sobras de la mayonesa. Para algunos sería asqueroso, pero para él todo lo que hacía JiSung era arte, porque era uno.
Luego como siempre, se mostró arisco y agresivo. MinHo se quedó observando el dibujo, y tomó una foto sin ningún tipo de discreción. JiSung en su interior se revolcaba de felicidad como cuando los niños van a la playa por primera vez.
Sonrió inconscientemente.
Había quedado en segundo lugar otra vez, le irritó, porque de no haber sido por Kalleen Wired, su antiguo compañero de equipo, hubiera obtenido el primer lugar. Pero tuvo un accidente que repercudió en él por lo que perdió varios segundos.
Vió a JiSung dibujando a un costado de los Pits y se acercó, se sentó muy junto a él. Levantó su vista y entrecerró sus ojos con una mueca irónica.
Esas son las cosas que hacen a JiSung, JiSung.
—Felicidades, supongo—Continuó con su tarea, seguir dibujando un espiral. Qué intentaba ocultar del mayor. Este lo notó.
—¿No estás siendo irónico? Ah—Rió, logró molestar al menor—Era broma niño, lo menos que quiero es estar de malas contigo, ya tuve suficiente—Pellizcó suavemente su mejilla izquierda, JiSung bajo el tacto, se coloreó. Luego se miraron con una sonrisa.
—Quita—Se intentó apartar—¡MinHo... Que me sueltes!
Ahora se lo había llevado a los baños. Estaba muerto.
—Dime qué dibujabas—Trancó la puerta tras sí, lo acorraló contra la pared.
—Es tu manía encerrarme en los lugares, ¿Qué no tienes una entrevista?—MinHo asintió, el ondulado frunció su ceño.
—Me interesa poco lo que tengan que decir ellos, pero te pregunté algo Han—Tomó su mentón para levantarlo y así poder mirarlo más de cerca. Lo besó.
Correspondió bastante bien, sus labios conocían sus movimientos con exactitud, apesar de ser completamente extraños. El nombrado luego de aquella acción se quedó quieto en su lugar.
—¿Estás más calmado ahora?—JiSung curvó sus labios para evitar otro beso—Ayer los querías, hoy los niegas. No lo sé pero no es que me guste tu bipolaridad.
—No soy bipolar.
MinHo río, dándole a entender que sí lo era, y mucho. El pelinegro se negaba a aceptarlo. No era nadie para decir eso.
—Sabrás tú... Ey. ¡Devuélvela!—Le quitó la tableta de las manos para observar con detenimiento el dibujo, se subió rápidamente a uno de los cubículos del baño, JiSung era muy bajito, no lo alcanzaría—MinHo por favor no veas los demás dibujos, te lo pido.
Sonaba nervioso, como si tuviera el mapa de los tesoros de Pablo Escobar y fuera él un agente de seguridad. De todos modos MinHo no invadiría de más su privacidad, solamente vería lo que estaba haciendo ese día.
Era un espiral color verde, con salpicaduras de diferentes tonalidades y colores. No tenía la menor idea de qué significaba, porque jamás prestó atención en las clases de artes plásticas en la primaria y tampoco había visitado alguna galería. Aunque tenía entendido que cada artista le daba a sus obras un valor y que cada persona tenía su manera de interpretarlas.
—¿Qué significa?—Mostró la pantalla, los ojos de JiSung fueron alumbrados por el brillo de la tableta.
Quedó pensativo unos segundos cuando decidió hablar.
—No lo sé—No mentía—Solo sé que hago muchos espirales últimamente, como si estuviera en un bucle...¿sabes?
Podía ver más allá de esos ojitos rasgados. JiSung sentía dolor, que expresaba por medio de sus pinturas. Guardó muy bien en su mente la imagen de ese dibujo. Encontraría algún significado.
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HaeMin tenía dos cosas, enojo y a su hijo agarrado por la oreja. Él se negaba a cometer tal crimen pero ella lo obligaba. Pero debían ser rápidos, MinHo estaba al regresar a su habitación, el tiempo corría.
—Mamá, no lo haré—Se soltó del agarre, dispuesto a irse. No iba a sabotear a nadie, menos a alguien que no le hizo daño y solamente buscaba lo mismo que él, seguir sus sueños.
Pero su madre le estaba provocando que odiara su tan preciado deporte. No iba a ser parte de sus juegos sucios por más que quisiera.
—¿Deseas ganar o no?
—¡¿Es tan difícil confiar en tu hijo por alguna vez en tu vida?!—Todo se lo debía a su madre, lo tenía claro, y sin ella no hubiera podido debutar tan pronto. Pero realmente tenía poca fe en él—¿Qué harás, lo mismo con dieciocho competidores más? ¿Irás del otro lado del mundo a Cuba y a Brasil para sabotearlos también?
La mujer guardó silencio. No porque desistiera de sus planes, sino, que de alguna manera u otra, tenía razón.
—Ya basta mamá, vámonos—Suplicó—Lo que está para uno, es de uno, no de nadie más. ¿Además por qué MinHo? Lo expulsas primero y ahora quieres acabar con su carrera, ya has hecho suficiente.
—Ser bueno no te llevará a ningún lugar, ese maldito corazón tuyo no te dará un trofeo HyunJin—Lárgate. Se negó, no se iría sin su mamá, pero tenía mucho más miedo verse envuelto en una investigación por incriminar a alguien.
Ella lo haría todo sola. Era lista e inteligente. Ella se encargaría de cómo dijo, sepultar la carrera de Lee MinHo.
Colocó los guantes, un papel de cocina en sus zapatos para entrar a la habitación y dejar la hermosa sorpresa.
🤸
Capítulo de mierda. Se viene el drama migentelatino. Todos odiamos a la tipa esa ok.
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Verde, Amarillo & Rojo - MinSung
RandomAún con pocos años de experiencia tenía un futuro prometedor, pero necesitaba un equipo. Uno que solo le podía proporcionar Han JiSung. El arrogante estudiante de Ilustración de diecinueve años. . . . . . . . . . 🍁Portada creada por IA. 🍁Lenguaje...