No puedo tener tan mala suerte, de todas las personas con las que podía coincidir en el aeropuerto tiene que ser con Thomas... Si ya tenía mal cuerpo debido a la resaca, verle no me ayuda. Al menos, él no parece haberse dado cuenta de mi presencia, está sentado a un lado de la zona de embarque hablando por teléfono.
No sé cómo no caí que encontrarlo aquí podría ser una posibilidad. Toda su familia vive en Alemania, obviamente iba a irse en Navidad... Pero ¿por qué en el mismo avión que yo?Unos minutos más tarde consigo entrar al avión sin que Thomas me vea. Busco mi asiento lo más rápido que puedo, guardo mi maleta en el compartimento superior y me escondo tras mi móvil en mi asiento asignado al lado de la ventanilla. Cuando me instalo, alzo la mirada, algo intrigada por si ya ha entrado al avión y lo veo avanzar por el pasillo, acercándose cada vez más a mí. Hago como que busco algo en mi mochila mientras rezo a todos los dioses en los que no creo para que, por favor, pase de largo y su asiento no esté cerca del mío...
Cuando creo que ya ha pasado el peligro alzo de nuevo mi cabeza, observo a mi alrededor y siento que se me para el corazón al verlo acomodándose en el asiento que da al pasillo y que solo nos separa un asiento, que por el momento está vacío.
Joder...Esto tiene que ser una broma pienso apartando mi mirada y fijándola en el exterior a través de mi ventanilla. Como me tenga que tirar todo el viaje mirando por la ventana para no cruzar miradas con él, me va a dar cervicalgia.
Sí, quizás estoy siendo muy infantil no queriendo que me vea, pero es que no quiero tener nada que ver con él. No quiero saber nada y mucho menos tener que hablar con él. Lo que tuvimos está zanjado y guardado muy en el fondo de un cajón que no abriré nunca más.
—¿Cloe? —me pregunta unos minutos después de sentarse casi a mi lado.
Antes de girarme, cierro los ojos maldiciendo al universo por haberlo sentado aquí.
Lo miro y me intento hacer la sorprendida, como si no supiera desde hace un buen rato que íbamos a viajar en el mismo avión...
—Hola —digo intentando sonar amable.
—Qué casualidad... —comenta él mientras sus ojos azules me observan.
La forma en la que me mira me incomoda y aparto la mirada.
—Pues si...
—No te había reconocido con el pelo así... Hacia tantos años que no te veía morena.
Se hace el silencio.
—Te queda muy bien —su comentario me sorprende y vuelvo a mirarle.
—No solías opinar lo mismo —le reprocho.
Thomas baja su mirada, supongo que recordando lo insistente que fue en que me tiñese de rubia, ya que según él me favorecería mucho más. Yo como una idiota enamorada le hice caso, comencé a odiar mi color natural de pelo y me teñí de rubio. Cada vez que él lo veía me halagaba y me confirmaba que había tomado la mejor decisión al teñirme... Qué tonta fui.
—Perdona, ¿me deja pasar? —le pregunta un hombre a mi exnovio.Thomas se levanta, dejando que aquel hombre se siente entre nosotros y terminando así con la conversación.
Me paso todo el viaje escuchando música y mirando por la ventanilla a la vez que pienso en Danna y recuerdo el mensaje que me mandó por la mañana cuando llegó a Madrid y que no vi hasta el mediodía, cuando al fin conseguí despertarme.
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Entre las redes || Historia LGBT ||
Ficção AdolescenteEntre las redes del equipo femenino de voleibol, conocido como "Las panteras", se esconden rivalidades, ambiciones, amistades, amores, desamores, sororidad, miedos, sueños, inseguridades, traumas, reencuentros y despedidas. ¿Será el equipo capaz de...