CAPÍTULO 16. DANNA

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Natalia está hablando sobre lo que nos ha costado encontrar un lugar para aparcar, mientras Luna asiente y hace algún comentario al respecto, pero yo apenas puedo prestarles atención

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Natalia está hablando sobre lo que nos ha costado encontrar un lugar para aparcar, mientras Luna asiente y hace algún comentario al respecto, pero yo apenas puedo prestarles atención. Desde que he entrado en la discoteca junto a Natalia, mis ojos y mi mente solo tienen una protagonista, la chica con los ojos más bonitos que he visto nunca. Cloe está preciosa esta noche  y ese vestido azul eléctrico con brillos... Uff, ese vestido, como que le queda.  

Miro a Cloe de reojo, notando que ella también parece un poco distante, aunque sigue participando en la conversación. Me pregunto si estará pensando en mí tanto como yo en ella. ¿Estará pensando en los momentos que hemos pasado juntas hace solo unas horas?

Justo antes de que su teléfono sonara, Cloe estaba a punto de decirme algo importante, lo sentí en el aire, en la forma en que sus ojos brillaban mientras me miraba, en cómo su voz se hizo más suave, más cercana.
Ella contestó la llamada, y la conexión que habíamos estado construyendo se rompió en segundos.
La frustración me consume un poco, pero trato de no dejar que se note. Sin embargo, es difícil, especialmente cuando pienso en cómo podrían haber sido las cosas si Alejandro no nos hubiera interrumpido. ¿Qué habría dicho Cloe? ¿Habría dado ese paso que tanto espero? ¿O todo se habría quedado en una bonita conversación, sin más?

—¿Todo bien, Danna? —la voz de Natalia me saca de mis pensamientos.

Parpadeo, enfocando mi atención en ella. Natalia me observa con una expresión curiosa, probablemente porque me ha visto algo distraída.

—Sí. Solo estaba pensando en...—mis ojos se desplazan involuntariamente hacia Cloe pero aparto mi mirada rápidamente volviendo a encontrarme con los ojos de Natalia —en la música.

Natalia me lanza una mirada de "no te creo, pero no voy a insistir", y continúa la conversación. Cloe también parece haber notado mi falta de concentración y me sonríe de una manera que hace que mi corazón dé un vuelco. Quiero acercarme más a ella, volver a lo que teníamos esta tarde.

Pero antes de que pueda siquiera dar un paso hacia ella, Alejandro y Sofía se unen al grupo, a la vez que Luna y Natalia desaparecen de nuestro lado. Mi cuerpo se tensa involuntariamente cuando Alejandro coloca una mano en la espalda de Cloe, como si tuviera algún derecho sobre ella. Mi mente vuelve a aquel pensamiento insistente: ¿por qué Cloe está fingiendo con él? No puedo evitar que una chispa de celos se encienda dentro de mí.

Me muerdo el labio, recordando cómo en la fiesta de Navidad del club me quedé al margen, observando cómo Alejandro la monopolizó casi toda la noche, cómo se besaron... Esta vez no voy a permitirlo.  Sin pensarlo demasiado, me acerco a Cloe, interrumpiendo la conversación que tiene con ellos.

—Ven, vamos a bailar.

Tomo la mano de Cloe y la guío hacia la pista de baile, sin darle tiempo a que se niegue o a que los demás comenten algo. La calidez de su mano en la mía envía una corriente eléctrica por mi cuerpo, y por un momento, el bullicio de la discoteca se desvanece, dejando solo el latido de mi corazón y la cercanía de Cloe.

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