CAPÍTULO 15. LUNA

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Una de las pocas cosas que no me gustan cuando mi padre está en casa es la manera que tiene de despertarme cuando la noche anterior he estado de fiesta

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Una de las pocas cosas que no me gustan cuando mi padre está en casa es la manera que tiene de despertarme cuando la noche anterior he estado de fiesta... Entra como un terremoto en la habitación y sube la persiana como si se estuviese acabando el mundo.
—Luna levántate y vístete y arregla tu habitación que en una hora llegan — me ordena mi padre en un tono de voz demasiado alto para mí en estos momentos.
—¿Quién? —pregunto con la voz adormilada y algo desconcertada.
—¿Cómo que quién? Te lo dije ayer, vienen a comer Lorenzo, Hana y Umi.
—¿Umi también viene?
—Pues claro que viene, sois amigas ¿no?
—Sí. Por cierto, ¿por qué nunca me habías contado que Umi había transicionado? ¿Por qué tú lo sabías, verdad?
—Ella me pidió que no dijera nada, aunque si hubieseis mantenido el contacto no hubiera hecho falta esconder nada —se queja mi padre antes de salir de mi habitación.

Como quiere que una niña de 10 años se mantuviera en contacto con otra persona que se fue a Japón de un día para otro... Me quedo recordando momentos del pasado mientras me visto y arreglo mi habitación como me ha pedido mi padre.

🏐

Este tipo de comidas junto a los padres de Umi eran muy habituales en el pasado, el tema principal de conversación siempre es la música, ellos podrían estar horas hablando de cualquier cosa que tenga que ver con la música. Gracias a eso aprendí mucho cuando era pequeña y revivir esas conversaciones ahora me hace sentir nostálgica.

Una que no parece estar disfrutando mucho del momento es Umi, desde que ha llegado apenas a hablado y se pasa a cada rato mirando su móvil.

—¿Y tú Luna? ¿Cómo llevas la música? —me pregunta Lorenzo, el padre de Umi.
—¿Qué música? —pregunto confundida, pues estaba mirando a la pelirroja y no estaba prestando atención a la conversación.
—He visto que subes muchas covers a tus redes sociales pero ¿no tienes pensado sacar tu propia música?
—No tengo música propia... No se me da bien componer.
—No digas tonterías... Seguro que se te da mejor de lo que piensas, además siendo tu padre quién es lo llevas en los genes. Deberías pasarte alguna vez por mi estudio y probamos cosas —me ofrece  sonriéndome mientras se lleva uno de los últimos bocados de su comida a la boca.
—Lo pensaré —digo no muy convencida—pero seguro que la banda de Umi tiene mucho más futuro musical que yo.

En la sala se hace un silencio que no esperaba y que me advierte de que quizás la he cagado con ese comentario. Lorenzo y Han intercambian miradas y luego desplazan sus ojos hacia su hija.
—¿Estás en un banda? —le pregunta su madre sorprendida.
Umi parece tensarse.
—Es solo una banda para entretenernos, no es nada serio... Por eso no os había dicho nada —les explica a sus padres—. Además, no somos buenos.

No entiendo por qué Umi quería esconder lo de la banda a sus padres y además mentir con que no son buenos.

—Cariño, sabiendo cómo cantas es imposible que no seáis buenos —la alaga su padre.
Umi agacha su cabeza avergonzada.
—Confirmo que son muy buenos, incluso ganaron un concurso de un bar y ahora tocan allí una vez a la semana —les explico y veo como se forma en los rostros de sus padres una sonrisa de satisfacción.
—¿En serio? ¿Pero hija cómo no nos habías dicho nada? —le pregunta su madre.
—Realmente no estamos actuando porque nuestro guitarrista se lesionó y no puede tocar...
—¿Y no tenéis a nadie que lo pueda sustituir de forma momentánea? —le pregunta su padre y ella niega con la cabeza.
—¿Luna por qué no los ayudas? —me pregunta mi padre.
Se vuelve a hacer el silencio y mis ojos se dirigen hacia Umi.
—La verdad es que no había caído en esa posibilidad, podrías planteárselo a tus compañeros a ver qué opinan—le digo a Umi fingiendo que está conversación nunca la habíamos tenido—. Al final es una decisión que debéis tomar entre todos...
Cuando Umi me rechazó, me pidió que me mantuviera al margen y eso haré, pues no le quiero traer problemas.
—Se lo comentaré —responde Umi con sus grandes ojos negros fijos en mí.
Se vuelve a crear un pequeño silencio que rompe mi padre anunciando que traerá el postre. Mis ojos siguen en la pelirroja quien parece escribirle a alguien en su móvil. Creo que es fácil de averiguar que ese alguien es Carlos.

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