Entre las redes del equipo femenino de voleibol, conocido como "Las panteras", se esconden rivalidades, ambiciones, amistades, amores, desamores, sororidad, miedos, sueños, inseguridades, traumas, reencuentros y despedidas.
¿Será el equipo capaz de...
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—¡Danna! —me llama Lucía cuando entro en el pabellón junto con Alba.
La rubia me sonríe a lo lejos y me saluda levantando su brazo. Yo hago lo mismo y Lu se acerca corriendo hacia nosotras.
—Hola —nos saluda sin perder su sonrisa. —Hola —contestamos mi mejor amiga y yo al unísono. —¿Puedo hablar contigo un segundo? — me pide juntando sus dos manos, como si estuviera rezando.
—Sí, claro —respondo con cierta intriga.
Alba se despide de nosotras y se dirige al vestuario, dejándonos a Lu y a mi a solas.
—¿De qué quieres hablar? —le pregunto con tono amable.
—Pues es que le hablé de tí a Daniela y pasó algo que no me esperaba para nada... —sus palabras me intrigan y le hago un gesto para que continúe —. Me pidió que te dijera si querías cenar con nosotras un día.
Cómo ha dicho Lu, yo tampoco me esperaba para nada esa invitación.
—Yo le dije que probablemente estarías muy ocupada y que no creo que pudieses... Aún así, insistió en pedírtelo. No pasa nada si no puedes o no quieres, lo entendería...
—Vale, iré —la interrumpo y ella abre sus ojos sorprendida —¿Cuándo sería?
—Mmm, no sé, no me dijo cuando —comenta pensativa.
—¿Esta noche? —sugiero, pues me intriga mucho saber por qué Daniela quiere cenar las tres juntas—. Si os viene bien, claro.
—Le mando un mensaje y después te digo...
Lu saca su móvil y comienza a escribir.
—Perfe, pues cuando te responda me dices —le pido antes de irme hacia los vestuarios.
—Dice que sí —me grita a lo lejos antes de perdernos de vista.
Me hace gracia lo rápida que ha sido la respuesta y comienzo a reírme sola. Estoy muy intrigada con esa chica.
Luna nos reúne a todas antes de comenzar el entrenamiento. Hoy será ella quien nos dirija, pues Cloe debía tomarse la segunda pastilla y Fernando se ha quedado cuidándola.
Luna es la segunda capitana del equipo y ha tomado la responsabilidad de entrenarnos para que no perdamos el ritmo que llevábamos. Es cierto que el lunes lo tuvimos de descanso, tras un fin de semana lleno de partidos, pero Fernando no quería que perdiéramos ningún entrenamiento más. Y menos ahora, que no podremos contar las próximas dos semanas con Cloe, pues tiene que recuperarse del aborto.
—Qué raro es entrenar sin Cloe ni Fernando —comenta Rocío mientras corremos un poco para calentar. —Sí... Creo que es la primera vez que Cloe falta a un entrenamiento, debe estar muy enferma —añade Miriam.
