4

2.4K 446 153
                                    

Después de un buen rato caminando, llegamos a un lugar bastante extraño para mí. Había uno de esos típicos "trompos" donde se hacía la carne para los tacos afuera de un local que estaba lleno de gente comiendo, charlando o simplemente disfrutando de la música que se reproducía en una gran bocina que tenían por ahí 

—No hay donde sentarnos.— exclamé algo obvia mientras aún me mantenía bastante cerca de él, estar en un nuevo ambiente era difícil 

—¿No estás viendo a los que no alcanzaron silla?.— cuestionó divertido, era cierto que estaban comiendo parados —Haremos lo mismo que ellos.— 

No estaba muy convencida de esto, ya habíamos caminado bastante y estaba cansada, además seguramente habría sitios mejores con más espacio 

—¿Podemos buscar otro lugar?.— cuestioné en susurro pero él negó 

—Dale una oportunidad, si el lugar está lleno es porque los tacos son increíbles.— contó, supuse que no cambiaría de opinión así que me resigné —Espérame aquí.—

Vi como se alejó un poco hasta llegar a donde estaba el taquero, supuse que le pediría nuestra orden así que simplemente lo esperé sin separar mi vista de él, no pasó mucho tiempo hasta que lo vi regresar con dos platos, en cada uno habían cuatro tacos 

—Siento que me voy a ensuciar.— dije mientras me pasaba uno de los platos, él se rio por mi actitud 

—Quizás estás acostumbrada a mantener la imagen de "la chica limpia" para que los demás no hablen mal de ti pero conmigo puedes ensuciarte.— habló, realmente no me preocupaba eso, me preocupaba que mi vestido era blanco —Además si es necesario te traeré todas las servilletas del lugar para que te limpies.— 

—Que caballero.— exclamé con un leve tono sarcástico

Me acomodé mejor y mientras con una mano sostenía el plato con la otra tomaba un taco para simplemente darle una mordida, él se mantenía atento para ver mi reacción aunque mi antifaz se lo impediría. Igual no podía negar que esto era una de las cosas más deliciosas que había comido en mi vida 

—¡Esto es buenísimo!.— sonreí emocionada mientras seguía dándole mordidas a aquel taco hasta terminármelo, pude ver que él también sonrió al ver mi actitud y después empezó a comer su comida 

Ninguno decía nada, solo disfrutábamos de lo que comíamos. Era inevitable no mirar como cada persona aquí parecía estársela pasando tan bien, quizás tenían preocupaciones pero en este momento la mayoría parecía estarse divirtiendo 

—¿Qué piensas de todo esto?.— preguntó así que mi mirada se pasó de nuevo a donde estaba él, ya se había terminado sus tacos y yo apenas llevaba la mitad

—Pienso que el vestido que traigo en este momento es algo incómodo.— dije provocando que riera —Si te soy sincera me encanta estar aquí disfrutando de esto; no solo la comida, sino de como todos se ven tan tranquilos... es como si esto fuera de alguna manera sagrado.— 

—Te pusiste bastante reflexiva.— murmuró —Solo quería saber si te había gustado que te trajera aquí.— 

—Respecto a eso.— lo pensé un poco —No me imagino en un mejor lugar que en este.— 

Ambos mantuvimos una sonrisa durante algunos segundos. 

Empecé a comer lo que me faltaba mientras él pedía otra orden de tacos. Cuando terminamos, él simplemente pagó y nos marchamos de ahí.

Volvimos a caminar en la fría noche, de nuevo yo me mantenía aferrada a su brazo pero ahora de una manera más cálida, quería disfrutar de la increíble sensación que había dentro de mí en este momento, amaba ser una chica que podía caminar junto a un chico sin sentir que habían cámaras grabándome por doquier 

—Ya sé que más podemos hacer.— exclamó de repente sacándome de mis pensamientos

—Cuéntame.— pedí bastante intrigada 

—Acompáñame a una tienda, hay algo que necesito comprar.— dijo sin contarme su plan, eso le metía aun más suspenso así que asentí 

Supuse que él conocía este barrio por como me llevaba con facilidad a los lugares que quería recorrer. En menos de 5 minutos estábamos comprando lo que quería, para mi sorpresa solo era una bolsa de chocolates

—¿Sabes que son estos?.— cuestionó mientras nos sentábamos en una banca del parque que prácticamente había afuera de la tienda 

—¿Chocolates?.— cuestioné algo obvia

—Si pero son "Freskas".— avisó y yo aún no entendía que tenían de especial —Mucha gente ocupa esto para jugar.— 

—¿Cómo pueden jugar con simples chocolates?.— pregunté riendo 

—Parece que no has probado nada en tu vida.— bufó —Te lo explicaré, estas bolas de chocolate tienen un color adentro; puede ser amarillo, rosa o verde. Ahora solo tienes que agarrar uno y antes de morderlo tienes que dar tres opciones.— 

—Aún no entiendo.— dije algo confundida 

—Mira, te enseño.— exclamó abriendo aquel empaque y sacando una de esas bolas de chocolate —Si me sale rosa me darás tu número, si me sale verde no tendremos contacto de nuevo pero si me sale amarillo te diré quien soy.— 

Ahora lo entendía, era cuestión de suerte, ninguno sabía que color tocaría así que habían las mismas posibilidades 

—Dijimos que solo mantendríamos contacto por hoy.— recordé 

—¿Por qué no dejamos que la suerte lo decida?.— preguntó en el mismo tono juguetón que no había usado desde hace algunas horas 

Después de esta noche yo volvería a mi rutina con la agenda apretada, esa era otra razón por la que no tenía amigos, ni siquiera tenía tiempo para salir con alguien. La opción que más me convendría sería saber quien es, sabía que si me daba su número podría obtener una foto de él gracias a whatsapp... al menos que usara cualquier otra cosa de foto de perfil que no fuera su cara, por eso prefería tener más información sobre con quien había estado compartiendo mi noche 

 —Está bien.— accedí a continuar con su juego

Miré como le dio una leve mordida a aquel chocolate pero de inmediato me giré a otra dirección para no saber que color era 

—¿Quieres que te diga que es?.— preguntó riendo al ver mi reacción 

—Pensé que no podía ver el color, no sé como funciona el juego.— recordé y lo miré de nuevo 

Me mostró el color que le había salido, yo sonreí un poco por ver la opción que había ganado 

—¡Yo también quiero dar mis opciones!.— exclame emocionada, él me pasó un chocolate 

Aun no tenía claro lo que diría pero me gustaba pensar que este sería mi nuevo método favorito para tomar decisiones. La noche seguiría pasando y nosotros aún nos quedaríamos juntos sentados en el mismo lugar... era claro que los chocolates se nos terminarían pronto pero iríamos a comprar más hasta quedar empalagados

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora