Capítulo 27: Una esperanza

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Por alguna razón no le hizo saber nada de la alfombra roja a su madre y a Larisa la cual ya estaba a unos días.
Llegó la hora de la cena y Tirsa se sentó en silencio mientras Darla estaba entretenida en sus asuntos en su celular y Larisa llegaba de la calle.

— Siéntate Larisa voy a pedir que te sirvan tu cena — Darla últimamente estaba molesta con Larisa, ya que se la vivía a lado de Desmond.

— No gracias, Desmond me invitó a cenar — Larisa dijo con una gran sonrisa que hicieron que Tirsa bajara la mirada.

— ¿No crees que estás perdiendo mucho tiempo con ese hombre? — dijo Darla con la cara rígida.

— No para nada. Y tal vez me case con el antes de lo pensado — Larisa soltó su veneno mientras miraba a Tirsa la cual expreso con su cara lo que pensaba e hizo enojar a Larisa — Y no importa que alguien haya perdido la virginidad con el, Desmond ya eligió a la mejor y esa soy yo —

Tirsa se puso pálida al ver como su madre la miró fijamente.

— ¿De que estás hablando Larisa? — Darla no podía creer que Tirsa hubiera dado ese gran paso con ese hombre.

— ¡Ay mamá! — Larisa contesto por Tirsa — Es fácil, mi hermanita cayó en promesas de amor y se entregó a mi futuro esposo —

<<Larisa tu eres la que deberías de tener vergüenza, pues vas detrás de los hombres que yo tengo>> pensaba muy molesta Tirsa aún que en realidad lo único que quería era salir de ahí así que se levantó de la mesa sin decir nada y se encerró en su habitación.
<<¿Cómo carajo se enteró Larisa? ¿A caso Desmond ya le tiene tanta confianza para hablar de su intimidad con Larisa? Y si así es ¿Por qué habla de mi intimidad? >> Tirsa se hacía mil preguntas y se decepcionaba de Desmond.

Al día siguiente Tirsa se levantó y Darla ya la esperaba con el desayuno.

— ¿Y Larisa? — pregunto Tirsa con voz bajá.

— Salió temprano iba a acompañar a Desmond al Country Club — Darla la miraba fijamente como queriendo descifrar a su hija.

Tirsa no dijo nada más y se preparó para comer pero apenas la comida cayó al  estómago de Tirsa salió corriendo para el baño pues de inmediato devolvió el estómago.
Apenas había jalado a la cadena cuando Darla entro al baño sin permiso.

— ¿Estás embarazada, niña tonta? — Darla estaba roja como un tomate ya que su sangre hervía.

— ¡No! — Tirsa contesto de inmediato un poco alterada.

— Pues no te creo —el tono de voz de Darla era alto.

Darla tomo de la muñeca a Tirsa y la llevo a rastras al auto. 

— Te juro que estoy bien mamá — Tirsa intentaba zafarse del agarre de su madre.

— Eso me lo dira un doctor — Darla estaba muy enojada <<Si está estúpida está embarazada haré que aborté a ese bastardo, ya que puede cambiar mis planes>> — Tenías que salir igual a tu madre... Una ramera — eso último lo dijo en voz alta.

— Mamá por favor no me hagas pasar por esto — Tirsa como siempre era suplicante con Darla, pero al oír esas palabras entre dientes se quedó pensando.

Darla condujo hasta el hospital y apenas entró pidió a gritos ser atendida por un ginecólogo, después de unos minutos llegó un doctor de unos cuarenta años para atenderlas

— Dígame señora ¿Cuál es su insistencia en verme? —

— Quiero que revise a esta señorita, está embarazada — Darla dijo de un grito.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora