Capítulo 30: Las hermanas Ligan

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Todo estaba listo, Erick rento un auto y estuvo en espera de la llamada de Antonella ya que ella era la encargada de vigilar a Darla, pero Darla no salió de su casa en todo el día y la noche.

El siguiente día Larisa llegó muy temprano para ver a Desmond, el ya estaba harto de tenerla ahí todos los días así que la envío al taller con Mildred.

— Llegaste muy temprano el día de hoy— Mildred también ya estaba cansada de ver a Larisa ahí.

— Si, discutí con mi mamá por tu hermano — Larisa intento parecer inocente.

Mildred no hizo caso a las palabras de Larisa y es si lugar pregunto por Tirsa intentado no parecer desesperada — Por cierto he intentado comunicarme con Tirsa, tengo un problema con unos diseños que se hicieron para ella y tengo que terminarlos ¿Me puedes contactar con ella? —

— No se nada de ella — contestó Larisa un poco molesta —Mi mamá me dijo que fue a trabajar a Cancún como modelo—

— ¿Y no sabes en qué hotel se hospeda? —

— No y dudo que regrese — dijo Larisa con una sonrisa mientras veía algunos diseños pero Mildred la vio así que supo que ella sabía algo — Si quieres yo te puedo ayudar con los diseños, Tirsa y yo tenemos el mismo cuerpo —

— No te ofendas pero tus medidas y las de Tirsa son muy distintas. Volveré a comenzar con esos diseños —

Mildred dejo a Larisa sola camino hacía las modelos de tallaje. Larisa veía con mucho entusiasmo los bocetos de la siguiente colección y comenzó a pasarlos hasta de vio uno que le llamó la atención, lo miro detenidamente y se dió cuanta que era el boceto del vestido de Tirsa de aquella noche en el desfile.

Larisa estaba hecha una furia se dirigió para la oficina de Desmond, entro sin ser anunciada  y aventando la puerta

— Quiero ser modelo — soltó de un golpe Larisa — Si Tirsa lo fue yo también lo quiero ser. Ahora soy tu novia y gozo de privilegios — Larisa estaba muy enojada.

Desmond rodó los ojos, el ya estaba cansado de la actitud de Larisa y están por contestar cuando su celular sonó.
Desmond no dijo nada y salió de su oficina para contestar la llamada mientras Larisa hacia su rabieta.

— Desmond  — Erick Bustillos estaba al otro lado de la línea — Tirsa ya está asegurada. Darla ya no podrá hacerle daño. Pero es urgente que vengas al hospital, tengo mucho que decirte—

— ¿Tirsa está bien? Salgo lo antes posible — Desmond termino su llamada <<Gracias, ya no puedo seguir con este teatro>> Desmond regreso a su oficina.

— Larisa te dices mi novia, pero  ¿Cuando te pedí que fueras mi novia? — Larisa no entendía que era lo que quería decir Desmond —Alguna vez te he besado porque yo lo quiera, no verdad y es simplemente... No te soporto, eres una mujer insoportable, a tal grado de ser irritable. No sé quién sería tu novio porque para ser honesto nadie te soportaría, nadie soportaría tus aires de grandeza — Desmond Lewis un caballero que por fin había explotado.

— Pues la que te hizo un favor fui yo. Tu eres el que no se merece estar con una mujer como yo. Me arrepiento de esto— Larisa no sabía qué decir.

— Vete o te mando a echar — Desmond había recobrado su compostura.

Larisa salió con lágrimas en los ojos de tanto coraje. Manejó como loca hasta llegar a su casa y se encontró con su madre que salió rápidamente.

— Mamá tenemos que hacer algo el estúpido de Desmond...—

— Ahorita no tengo tiempo para tus berrinches Larisa, sube al maldito auto — Darla tenía mucha prisa pues la policía le estaba pisando los talones.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora