El QUEBRANTO DE TIRSA

Capítulo 33: Perdón

Penúltimo capitulo

Antonella se encontraba nerviosa pero decidida hacer algo <<En ocasiones hay que ayudar un poco al carma>>

— Soy la justi ¿Quien me busca?— una presa se sentó delante de Antonella.

— Una mujer que quiere ayudar al karma — se presento Antonella.

Esa mujer de mirada fría soltó una carcajada — Vallamos al grano ¿Que es lo que quiere? —

— ¿Conocés a la presa Darla?—

— A la reinita, una mujer muy elegante y finolis, que se cree superior, si la conozco —

— Quiero que la hagas sufrir pero lentamente, sabes a lo que me refiero —

— ¿Y que ganó yo? —

— Un dinero extra y un mejor trató —

La mujer sonrió con malicia — Si gustas puedo ya sabes desaparecer la —

— No, no, quiero algo lento, prolongar el sufrimiento — Antonella quería hacer sufrir a Darla como ella lo hizo con Tirsa.

— Yo me puedo encargar de eso, siempre y cuando usteded cumpla —

Ambas mujeres se pusieron de acuerdo. La convicta regreso a su lugar y Antonella pago a los guardias y salió de es lugar.

La tal justi comenzó con lo acordado, comenzó una pelea con Darla al llegar las custodias justi acuso a Darla de comenzar la pelea por no querer hacer su parte de las tareas así que las guardias la llevaron al cuarto de aislamiento por conflictiva.
Darla estaba en una pequeña habitación sin cama y sin ver la luz del día.
Pasaron sus días de castigo y regreso a su celda done las convictas la esperaban con ansias. La pusieron a lavar los baños mientras sus compañeras no paraban de ensuciar, las custodias al darse cuenta que no avanzaba en sus tareas le dieron un castigo ejemplar.

Darla esperaba con ansias el día de visita para ver a su hija y pedirle dinero para pagar protección pero pasaban las semanas y no obtenía visita de nadie. Se lamento de no haber pedido dinero a Tirsa la única ocasión que ella la visitó.

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Tirsa estaba asombrada por lo que veían sus ojos, era una casa magnífica, decorada con altos estándares.

— La señora Fernanda los recibirá en un momento — informo una empleada.

— Gracias — contestó Desmond.

— Viendo todo esto — Tirsa hablo apenas se retiró la empleada — ¿No entiendo, como es que mi abuela nunca me buscó si tanto me quiere? —

— Tienes razón — a sus espaldas se oyó la voz de Fernanda — Yo, creí ciegamente en Darla. Hasta hace uno meses descubrí que ella ordenó la muerte de tu papá. Quise buscarte pero sabía que si me acercaba a ti Darla podía lastimarte —

— Lastimarme aún más, no creo — Tirsa estaba molesta.

— Temía por tu vida y de eso es testigo Desmond —

Tirsa miró a Desmond — No lo puedo creer... Todos me han mentido, todos sabían sobre mi pasado y aún así se callaron y solo observaron como Darla me maltrataba —

Desmond bajo la cara sabía que Tirsa tenía razón hasta cierto punto.

— Tirsa hablemos, Desmond no tiene la culpa de nada — Tirsa miró a Fernanda la cual ya tenía lágrimas en los ojos — Todo es mi culpa, Desmond quería decirte todo y yo sé lo impedi. Yo quería ganarte así que también envié a Erick a cortejarte y así poderme acercarme. Desmond se opuso no solo por sus sentimientos hacia ti si no quería que te hablara con la verdad desde un principio y así alejarte de Darla... Yo tontamente creí que tenía tiempo y no era así...