Capítulo 20: Recuerdos hermosos

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— Listo señora. La señorita Tirsa está en nuestras manos, espero sus indicaciones —  el antiguo aliado de Darla a había regresado.

— Espera nuevas instrucciones — dijo Darla al otro lado del teléfono.

<<Ahora sí Tirsa, vuelves conmigo y harás todo lo que yo diga>> pensaba Darla mientras veía por la ventana de su habitación.

— Mamá ya sabes lo de Tirsa — Larisa interrumpió muy agitada.

— No mi amor. ¿Ahora que hizo esa niña? — Darla no quería que Larisa se relacionará con algo tan bajo como la desaparición de Tirsa.

— Tirsa fue secuestrada — Larisa dijo con preocupación.

— Es algo que ya no nos incumbe mi cielo. Ella quiso irse tras ese hombre ahora que el se haga cargo de Tirsa — Darla dió por terminada esa conversación.

Semanas antes

Darla

Maldita la hora en que deje que Tirsa trabajara... Si yo supiera que ese Desmond llegaría la hubiera encerrado en casa... Lo tenía tan cerca solo tenía que esperar a su estúpido cumpleaños y su dinero sería mío, pero no la mocosa tenía que enamorar a un hombre y vaya que hombre, uno protector, que no me deja realizar mis planes como yo quiero.
Tengo dos opciones, una es quebrar aún más a Tirsa para despojar la de toda voluntad o hacer mi mejor actuación, hacerle creer que la amo, tenerla de vuelta y cuando por fin crea en mi, darle la última estocada y dejarla sin dinero. ¿Pero que voy a hacer cuando Fernanda la quiera ver? ¿Qué excusa daré o que le diré a Tirsa? ¿Cómo apartare a Tirsa de ese hombre? Creo que tendré que aceptar la propuesta de Larisa, aún que eso significa que ella se meta con Desmond. Tenía mucho que pensar. <<Después de planear todos estos años, mis planes se fueron a la basura por culpa de Desmond Lewis y no pienso retirarme sin un peso, después de todo he cuidado a esa bastarda durante casi veinte años.>>

Después de pensarlo mucho creo que la mejor opción es la primera y la mejor para mí.

— ¿Artur? — después de mucho pensar decidí llamar a mi antiguo cómplice.

— Si. ¿Señora? — el solo necesito mi voz para saber que era yo.

—  Si, te tengo un trabajo. Nos vemos en una hora en aquél centro comercial —

— Si señora — Artur como siempre dispuesto para mí.

Subo a mi auto, mientras manejo perfeccionó mi siguiente jugada. Después de casi dos horas llegó al centro comercial y ahí veo a Artur como siempre paciente.

— Señora, me dió gusto oír su voz y dejeme le digo que se ve muy bien — Artur siempre adulando me.

— No vine a qué me digas que me veo bien, tengo espejo y lo se. Te tengo un trabajito para ti —

— Si, usteded sabe que puede confiar en mí —

Le explicó el trabajo meticulosamente para que todo salga bien — Entonces la vigilaras muy bien y en cuanto tengas la oportunidad la raptas. No se te vaya ocurrir hacerlo delante de este hombre — le muestro una fotografía de Desmond.

— Si señora, en cuanto la tenga se lo haré saber — le entregó unos billetes para que todo salga bien. El se encargará de secuestrar a Tirsa y hacerla perder su voluntad para que quede a mi disposición.

Presente

— Quiero que la busquen bien. La tierra no se pudo haber tragado a esos mal na****dos— Desmond estaba desesperado tenía un par de días sin saber de Tirsa.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora