Tirsa entro a la oficina de Desmond sin permiso —Se van a casar — dió un grito de dolor, Desmond solo se limito a darle un solidario abrazo.
Al darse cuenta que todos los veían Desmond cerró sus persianas para evitar las miradas mal intencionadas.
— Llora, saca eso que te está dañando — Desmond acariciaba el cabello de Tirsa.
— Me siento fatal, quiero morir — Tirsa estaba entrando a una depresión.
— Limpia tus lágrimas. Hoy no tienes pendientes así que vamos a salir — Desmond no estaba dispuesto a ver asi a Tirsa.
Ambos salieron de la oficina bajo aquellas miradas de asombro.
Desmond condujo hasta su departamento ya que quería un lugar tranquilo.
Al entrar Desmond preparo un te caliente, sentado a Tirsa en el diván y la arropó con una manta cálida.— Se que esa noticia duele, pero no les des el lujo de verte así — decía Desmond mientras le servía una taza de té.
— Pero no puedo ser fuerte — replicaba Tirsa.
— Claro que puedes. Tirsa eres la mujer más bella que conozco, y se que detrás de esos ojitos tímidos se esconde una mujer fuerte. No te impidió que no sientas dolor al verlos juntos, lo que te pido es que seas fuerte y que no les des importancia, si ellos no te la dieron a ti, tu tampoco se la des — Desmond se oía firme y esa confianza se la transmitió a Tirsa.
Toda la tarde la pasaron en el departamento de Desmond, hablando y viendo películas.
Así pasaron un par días, Tirsa intentaba huir de su hermana y Alonso, ya que era un dolor verlos juntos. Gracias a esa actitud Tirsa se hizo más cercana a Desmond.
Una mañana mientras Tirsa realizaba el supermercado junto a Desmond se encontraron con Larisa y Alonso de la mano.— Hermana que gusto verte feliz — a Larisa le molestó mucho tanto verla tan sonriente — Mira amor que te dije, Tirsa pronto encontraría tu remplazo — Larisa quería hacer quedar mal a Tirsa frente a su acompañante. Larisa no conocía a Desmond Lewis y para ella el hombre que vio era un hombre común y corriente, así que creyó que podía molestarlos fácilmente.
Alonso por su parte no creía lo que veía <<Darla y Larisa tenían razón. Tirsa puede conseguir al hombre que ella quiera cuando quiera. ¿Cómo es posible que se haya metido con su propio jefe>> pensaba seriamente — ¿Larisa podemos apresurarnos? — el tono de voz de Alonso era serio y seguía sin ver a Tirsa a la cara.
A Tirsa se le había borrado la sonrisa y no pudo contestar lo que su hermana le había dicho y solo miro a Desmond con ojitos tristes , el giro hacia Larisa y Alonso y con voz tranquila les dijo — Hola , Larisa ¿verdad? Al verte, te entiendo, por qué este joven cambio a una mujer tan linda como Tirsa, por una que solo es el exterior, pero está hueca, como un cascarón vacío —
A Larisa se le había borrado la sonrisa — Tirsa espero y hayas invitado a tu amiguito a la fiesta de esta noche. Para que no estés sola — Larisa esa noche se cobraría la falta de respeto de ese hombre — Y es que se ven tan bien juntos. Bueno son tal para cuál, sin chiste y simples — Larisa estaba dispuesta a incomodar a su hermana.
— Muy cierto señorita. Las personas se relacionan con personas de sus mismos valores, si no creen, mirense un par de traidores juntos — Desmond no se iba a dejar de una niña caprichosa.
Alonso estaba por decir algo cuando Desmond se alejó con Tirsa sin darles tiempo a réplica.
Subieron a la camioneta de Desmond y fueron al departamento del mismo. Estando ahí Desmond comezón hacer bromas para que Tirsa olvidara el desagradable momento que vivieron en el super mercado.
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El QUEBRANTO DE TIRSA
RomanceCuando la vida te golpea tan fuerte y duro, tu espíritu se vuelve frágil como un florero de cristal y se rompe. Mi espíritu, mi personalidad fueron quebrantados... Yo Tirsa me quebré, desdé niña fui rebajada a una inútil, a ser menos que un mueble d...