Capítulo 21: No, así no

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— Eres tan bonita — un hombre de manos toscas tocó la piel de su tobillo de Tirsa y ella muy asustada la intento mover.

— ¿Que haces estupido? — Artur entonces a tiempo y tomo de la solapa de su camisa a ese hombre — Ni se te ocurra tocar a la señorita. Ahora lárgate. ¿Estás bien?— Tirsa asintió con la cabeza — Artur no quería dañar de esa manera a Tirsa solo quería que ella se asustara.

Artur le quitó la cinta de la boca a Tirsa — Señor por favor déjame ir. Tengo dinero — Tirsa quería negociar su libertad.

— Esto no es por dinero, si lo fuera ya hubiera contactado a ese hombre que no ha dejado de buscarte — Artur iba a quebrar aun más a Tirsa.

Al oír eso Tirsa tuvo un poco de esperanza—¿El no me ha dejado de buscar?—

— Te está buscando por todas partes... Seria una lastima que por buscarte le pase algo a el verdad — Artur tenía órdenes.

— No , por favor no le haga nada a el — Dijo firme Tirsa pero aquel hombre soltó una risa ya que al tener los ojos vendados Tirsa hablo con una pared.

— Niña tonta. Sabes me da gusto ver a las parejas así unidas que dan la vida por su ser amado, pero siempre tengo una pregunta ¿Alguien de ustedes estaría dispuesto a morir por el otro? Fíjate que una persona de mi confianza ha vigilado a ese tal Desmond durante estos días y si yo en este momento hablo lo m****án — quiero ver cómo lloras por el — Artur y Darla estaban cortados con la misma tijera y disf creenrutaban del sufrimiento de Tirsa.

— No, por favor, no — Tirsa suplicaba con la esperanza de que sintieran un poco de lastima por ella.

— Poensa un poco, eres una chica que siempre está metida en problemas y algún día el pagará el estar con una mujer como tú — autor procedió a cubrir la boca de Tirsa para después salir de esa pequeña habitación — Cuidado con lo que hacen, voy a salir un momento — le dijo a sus cómplices.

— Artur ¿Cuando nos van a pagar la recompensa?— pregunto un cómplice.

— Pronto — Artur dijo molestó para después salir de aquella casa.

Al salir Artur camino a un teléfono público y desde ahí llamo a la policía.

— Policía quiero hacer una denuncia anónima — Artur fingió una voz de un anciano — Mis vecinos tiene a una mujer privada de su libertad —

— Dirección por favor — contesto una voz de mujer.

— Calle Mártires, número 1020 casa color verde — Artur no dijo más y termino la llamada.

Artur se quedó a los alrededores para observar todo. Después de unos veinte minutos llegó la policía y entraron a aquella casa, pudo ver cómo aquellos cómplices fueron aprendidos y liberaron a Tirsa. Artur sin mirar atrás salió de aquella colonia y llamo a Darla para decirle que el trabajo estaba hecho.

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Esa misma tarde...

— Señor Lewis me acaban de informar que la señorita Ligan a sido rescatada al otro lado de la ciudad y ahorita está en la jefatura de policía — aquel agente le dio la buena noticia.

— Pues vamos de inmediato para allá —

Desmond salió acompañado por Mildred y por el agente.
Al llegar a la jefatura Desmond quedó sorprendió ya que Tirsa estaba sucia, con el cabello hecho una maraña aún asi la abrazo con fuerza.

— ¿Estás bien? — Desmond examinaba a Tirsa.

Tirsa no hablaba.

— Señor la señorita está bien, ya la examiné y solo son aquellos rasguños  — hijo la doctora que acompañaba a Tirsa.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora