Capítulo 26: Estoy dispuesto (a)

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Darla está perdiendo la paciencia así que decide irrumpir en la habitación de Tirsa y se encuentra con una cama prolija y eso hace aumentar su cólera <<¿Donde diablos anda esa estúpida?>> pero se da cuenta que en el tocador de Tirsa esta el estuche de los aretes que le regaló y aún lado está un pequeño portaretratos está la tarjeta que acompañaron a esos aretes y sonríe <<Están estúpida, que creyó en esas palabras vacías. Y no se quita los aretes, fue perfecta mi elección del diseño de la manzana de la traición>>

*Mi niña no he sido la mamá perfecta, pero que no te quede duda de mi amor por ti. Se que no fue la forma correcta de tratarte pero mi miedo a perderte me hacía tratarte así...

(Un poco de lo que contenía la tarjeta)

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En el hospital...

Despierto de lo que parece un largo sueño, intento abrir mis ojos pero son pesados. Lo último que recuerdo son a muchas personas del nosocomio corren para atenderme. Veo por la ventana y parece que ya está oscuro. Intento dormir un poco más pero de pronto escuché un shisheo de una voz masculina.

— Shu, shu baja la voz que te puede oir — esa voz se me hace conocida así que giró lentamente para encontrarme con Larisa y Alonso.

— Está profundamente dormido, los sedantes hicieron lo suyo — dijo Larisa así que vuelvo a mi posición original para poder escuchar bien.

— ¿Y su hermana donde está? — pregunto Alonso.

— Fue a la cafetería a cenar, así que tengo poco tiempo — Larisa se oía muy tranquila.

— Tu ya estas aquí, ya ganaste la confianza de la hermana ¿y yo? Tirsa me bateo monumentalmente, me tienes que ayudar —

— ¿Ayudarte? Yo tengo mucho que hacer aquí. Así que no he ganado nada, no sé cómo reaccionara Desmond cuando me vea aquí.— Larisa no quería perder el tiempo en Alonso.

— Por favor hermosa — Alonso tenía ciertas confianzas en Larisa — Ayúdame, sabes que si yo no alejo a Tirsa de el, tu plan puede ser arruinado —

— Te voy a decir un secreto, mi mamá tiene un plan, no sé cuál sea pero lo puedes usar a tu favor si descubres que es lo que quiere hacer mi madre con Tirsa, por que ese cuento de que la mamá es una verdadera farsa y te aseguro que lo que le hará no es nada bueno. Tirsa no va a recurrir a Desmond y mucho menos a Mildred, hubiera visto como la trató cuando estuvo aquí — esto último lo dijo con mucha alegría en su voz la cula hizo que Desmond se enfureciera pero se calmó para seguir escuchando — No me extrañaría que ahorita Tirsa este llorando muy triste —

— ¿Pero eso en qué me beneficia a mi? —

— Si que eres tonto. Se el caballero que va a salvar a Tirsa de las garras del dragón. Y ahora vete que Mildred puede llegar en cualquier momento —

Justo a tiempo Alonso salió de la habitación ya que Mildred no tardó en llegar.

— Gracias Larisa, una desconocida se ha preocupado más por mi hermano que... — Mildred se detuvo por un segundo — No me hagas caso —

— No tienes nada que agradecer Millie, para mí es un gusto cuidar de un gran hombre como Desmond. Y me disculpo por mi hermana, se que tenías un mal concepto de mi por culpa de mi hermana pero poco a poco me irás conociendo y verán que no soy lo que ustedes pensaban — Larisa fingió una genuina melancolía que Mildred le creyó.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora