Capítulo 3 : Sorpresas e Imprecisiones.

103 14 2
                                    

La alarma de Tirsa suena fuerte, ella la apaga y comienza su rutina. La vida de Tirsa era rutinaria, se levanta, desayuna mientras escucha las quejas y regaños de su madre, después al trabajo donde pasa desapercibida por todos y de nuevo en su casa con lo mismo de siempre.

Tirsa baja las escaleras y comienza a preparar el desayuno. Oye voces que bajan de por la escalera y ve a su mamá y hermana, se ven tan felices que por un momento se pregunta ¿por qué su mamá no es así con ella?.

— Pues hoy te llevaré a un lugar que te encantará mi niña — Darla ni siquiera mira a Tirsa, ella está concentrada en su hija de cabello rubio, ojos verdes.

— Buenos días — saluda Tirsa con entusiasmo.

— Buenos días hermana — Larisa es la única que contesta el saludo. Las tres se sientan en la mesa.

— ¿Que les pasó anoche? Llegué y no había nadie — pregunto Tirsa.

— Mamá me llevo al centro comercial a comprar ropa y después dimos una vuelta por la ciudad —

— Me hubiera gustado acompañarlas — Tirsa se oía entusiasmada, pero su entusiasmo desapareció en cuanto oyó a su mamá.

— Tu tienes trabajo y vives aquí, más sin en cambio Larisa tiene años fuera de la ciudad —

— Tienes razón mamá, una disculpa — de inmediato Tirsa bajo la vista.

— Mamá había pensado en ya no regresar a Italia y terminar mis estudios aquí — Larisa sintió pena por su hermana que de inmediato quiso cambiar el tema de conversación.

— ¿Por qué mi niña? ¿Lo mejor es que sigas estudiando en Italia?—

— Mami , las extraño mucho y más a ti. Y aquí hay buenas escuelas y que más que estar cerca de mi familia — Larisa había puesto ojos de perrito triste pues sabía que si mamá no se negaría a su petición.

— Si mi niña, yo también te extraño mucho y para mí es bueno tenerte cerca — Darla de inmediato dibujo una gran sonrisa.

Triste al oír eso se puso muy feliz e intento hablar con su madre — Mamá, ya que Larisa va a estudiar aquí en la ciudad... ¿Crees que yo también pueda terminar mis estudios?— la duda de Tirsa de inmediato fue disipada.

— ¿Que dices? Aún que Larisa estudié aquí el dinero no es suficiente para que las dos estudien. Mirá Tirsa si a Larisa le di la oportunidad de estudiar en una buena escuela, es porque es inteligente, bonita, tiene futuro. Más si en  cambio tu eres torpe , tonta, mírate no tienes gracia, eres como decirlo... Una chica más del montón, no tienes un futuro brillante. Confórmate con tu trabajito —

A Tirsa se le fue el apetito con esas palabras así que dió las gracias y se fué para su empleó.
Cómo siempre Tirsa llevaba la mirada perdida y triste.
Al llegar a su empleo su jefa ya la esperaba, ya que desde la llegada de Desmond la oficina estaba vuelta en un caos.

— Date prisa Tirsa, el jefe quiere a todos — 

Tirsa llegó a su pequeño rincón y guardo su bolso y se dirigió a dónde los demás.

— Buenos días — Tirsa oyó la voz de aquel hombre y nunca en su vida había oído algo igual, pues la voz sonaba sería con el asentó inglés, profunda e hipnotizante, que intento ver a aquél hombre pero le fue imposible pues todos estaba amontonados — Apartir de hoy las cosas cambiarán. Esos uniformes del personal serán eliminados. Les haré llegar una circular con los nuevos estatutos de esta empresa —

Tirsa se perdió en esa voz que no puso atención a lo que el hombre decía y cuando menos se dió cuenta la reunión había terminado. Ella se llamo a si misma torpe ya que no puso atención sabiendo que ella podía ser despedida en cualquier momento <<Tal vez madre tiene razón y yo no sirvo para nada pues soy tan torpe que ni atención puedo poner>> pensaba Tirsa mientras caminaba a su rincón.
Tirsa parecía un robot haciendo su trabajo, sin prestar atención a su alrededor.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora