Capítulo 39

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Durante estos días he notado a Bianca más inquieta de lo normal

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Durante estos días he notado a Bianca más inquieta de lo normal. Si no estaba trabajando, estaba durmiendo, comiendo o pidiendo mimos.

Parece que algo le preocupa, pero cada vez que le pregunto, me dice que está bien, aunque su tono de voz dice lo contrario. La conozco lo suficiente como para saber cuando algo no anda bien, pero parece que no quiere hablar del tema.

Acabo de acostar a Juliette para que eche su siesta cuando escucho la puerta de casa cerrada. Por la hora, supongo que Bianca acaba de volver de trabajar, así que bajo las escaleras rápidamente, con ganas de verla.

Han pasado casi dos meses desde el accidente, y ya estoy casi recuperado al cien por cien. Algo muy bueno teniendo en cuenta que en apenas una semana es Navidad y dentro de poco comienza la pretemporada.

Entra en casa con una expresión cansada en el rostro. Sus ojos parecen haber visto demasiado, y su cuerpo lleva el peso de las responsabilidades que carga sobre sus hombros. Me acerco a ella con una sonrisa, pero rápidamente desaparece al ver su semblante.

-¿Estás bien?

-Me encuentro un poco mal -dice.

La miro la cara y si que está un poco pálida.

-También he vomitado antes de salir de trabajar.

-¿Has comido algo que te haya sentado mal? -pregunto.

Ella niega con la cabeza.

-No creo. Solo me sentí mal de repente y... bueno, ahí estaba.

Me muerdo el labio inferior, pensando en lo que podría estar causando esto. Podría ser algo pasajero, pero siempre es mejor ser precavido.

-Vamos al médico -digo finalmente.

-No hace falta, solo iré a domir un rato y...

-Bianca -la miro serio.

-Qué no.

-¿Recuerdas cuando me quemé en verano y no quería ir al médico? -ella siente-. Acabé ingresado, y no voy a dejar que te pase lo mismo.

-Charles...

-No. Esto no me lo vas a discutir. Total, ¿qué más da? No tenemos nada que hacer.

-No quiero ir porque creo que ya se lo que me pasa.

Su respuesta me deja desconcertado, y una corazonada comienza a formarse en mi mente. Un escalofrío recorre mi espalda cuando lo pienso.

-¿Qué...

-Bueno... creo que... -parece intentar buscar las palabras adecuadas-. No me baja la regla -acaba murmurando.

Mi corazón se detiene por un momento al escuchar sus palabras. Mi mente se queda en blanco mientras intento procesar lo que acabo de escuchar.

RED LOVE - CHARLES LECLERCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora