Capítulo 13

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Me despierto con el sol de la mañana golpeándome en la cara como un puñetazo

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Me despierto con el sol de la mañana golpeándome en la cara como un puñetazo. Me restriego los ojos y me levanto del sofá, sintiendo cada músculo de mi espalda protestar por la noche que he pasado en ese incómodo sofá.

Me arrastro hasta la cocina y me hago un café, necesito esa dosis de cafeína para despertarme de verdad. Mientras espero que esté listo, mi mente divaga sobre la situación en la que me he metido.

Volver a este apartamento con ella después de tanto tiempo me trae recuerdos dolorosos. Pero al mismo tiempo, me hace darme cuenta de lo mucho que he cambiado desde entonces. He cometido errores, pero también he aprendido de ellos, y ahora estoy aquí, tratando de arreglar las cosas de alguna manera.

Mi relación con Bianca es un caos, eso está claro. Siempre hay una tensión en el aire, una mezcla de recuerdos buenos y malos que nos mantiene unidos de alguna manera. Pero a pesar de todo, siento una conexión especial con ella, algo que va más allá de nuestras peleas y problemas.

Cuando Bianca entra en el salón, mi corazón comienza a latir más rápido. Joder, se ve tan sexy recién levantada y con mi ropa puesta. Sus ojos brillan con intensidad y su cabello cae en cascada sobre sus hombros de una manera que me vuelve loco. Mierda, nunca había visto a nadie tan irresistible como ella.

Me muerdo el labio mientras la observo, luchando contra el impulso de lanzarme sobre ella y arrastrarla a la cama. Dios, cómo deseo poder pasar mis manos por cada centímetro de su cuerpo, sentir su piel bajo mis dedos, besar cada maldita parte de ella hasta que ambos estemos jadeando y sudando como animales en celo.

Pero sé que no puedo hacerlo. Hay una razón por la que somos exnovios, y se que ella no puede olvidarlo tan fácilmente. Pero eso no significa que no pueda desearla como un condenado. Cada vez que la miro, todo en mí grita por ella, rogando por una oportunidad de tenerla de nuevo entre mis brazos.

Quiero enterrar mi rostro en su cuello y inhalar su delicioso aroma. Quiero deslizar mis manos bajo su camisa y sentir la suavidad de su piel contra mis palmas. Quiero que me arañe la espalda mientras la penetro con fuerza, haciéndola gritar mi nombre una y otra vez hasta que ambos lleguemos al puto éxtasis.

Mierda, me estoy poniendo duro solo de pensarlo. Pero tengo que mantenerme en control, al menos por ahora. No puedo arriesgarme a perderla de nuevo, no después de todo lo que hemos pasado, y no ahora que todo parece ir mejor.

Así que me trago mi deseo y me mantengo firme, sabiendo que es lo mejor para ambos. Pero eso no significa que no siga soñando con el día en que pueda tenerla de nuevo, desnuda y temblando bajo mis manos, lista para entregarse a mí una vez más.

La voz de Bianca me saca de mi trance, y me doy cuenta de que he estado mirándola como un idiota durante demasiado tiempo. Parpadeo un par de veces y trato de recomponerme.

—¿Qué tal si desayunamos algo? —dice.

Asiento rápidamente, tratando de mantener la compostura mientras. Mierda, tengo que mantenerme concentrad

RED LOVE - CHARLES LECLERCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora