Capítulo 37

695 42 4
                                    

Han pasado dos semanas desde el accidente, y todavía me encuentro en reposo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Han pasado dos semanas desde el accidente, y todavía me encuentro en reposo. No puedo evitar sentirme un poco frustrado por no poder hacer muchas de las cosas que solía hacer. Estar confinado a la cama o al sofá durante tanto tiempo no es exactamente mi idea de diversión.

Bianca ha sido un ángel guardián durante todo este tiempo, asegurándose de que tenga todo lo que necesito y más. Aunque, a veces, me siento un poco inútil estando aquí sin poder ayudar mucho.

Pero sé que es importante tomarme el tiempo para recuperarme completamente. No quiero arriesgarme a volver a lastimarme. Así que, por ahora, seguiré siguiendo las órdenes del médico y tratando de no cargar mucho peso, aunque eso signifique quedarme pegado al sofá un poco más de lo que me gustaría.

Por primera vez en estas dos semanas estoy solo en casa. En Manchester.

No tenía para nada planeado mudarme. Bueno, sí, se me había pasado por la cabeza algunas veces, pero no lo había considerado seriamente. Pensaba que era demasiado pronto, que todavía había mucho por decidir. Sin embargo, después de mi accidente, todo cambió. Me di cuenta de lo importante que es estar cerca de los que amas, de tenerlos a tu lado cuando más los necesitas.

Bianca había ido a buscar a Juliette, que llevaba en casa de Mason desde que tuve el accidente. Yo había insistido en que no pasaba nada si estaba con nosotros, pero ella, con lo cabezona que era, prefería que estuviera con su padre para no molestarme.

¿Cuándo le entraría en la cabeza que su hija nunca me molestaría?

No importa cuántas veces le diga que Juliette nunca sería una molestia para mí, Bianca sigue preocupándose por no interrumpir mi recuperación. Pero la verdad es que tener a su hija cerca siempre es una alegría, incluso en los momentos más difíciles. Es increíble cómo su risa y su energía pueden iluminar incluso los días más oscuros.

Mis pensamientos quedan de lado cuando la puerta principal de abre. Escucho murmuros por parte de los dos chicas y sus pasos resonando por las escaleras.

-¡Charles! -exclama Juliette corriendo hacia mi cuando entra a la habitación.

-Con cuidado, Juliette -dice Bianca, que parece que le va a dar un ataque, cuando su hija prácticamente se tira en mis brazos.

-Hola, princesa -respondo mientras la siento en mis piernas.

Ella se inclina para darme un beso en mi mejilla y puedo sentir como mi corazón late con fuerza.

La miro. Está más mayor desde la última vez que la vi, hace ya bastante tiempo. Sus mechones rubios están más largos, ya le llegan por debajo de los hombros, y creo que ha ganado algo de altura.

-¿Duele? -señala una venda que asoma por mi brazo por la manga corta de mi camiseta.

-Nah -le quito importancia, aunque en realidad si lo hace.

RED LOVE - CHARLES LECLERCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora