La rubia se mecía contra el sofá, a gatas, su cabello cubría aquella expresión de delirio conforme Locrian la tomaba a sus espaldas. Elliot llegó y los encontró en el acto.
—¡Par de viciosos! Vamos a llegar tarde. —Ballard preparaba todo para aquella salida, pero sus parejas parecían no tener intenciones de moverse hasta acabar—. Parecen un par de conejos, fornicando por todas partes.
—N-no es justo, entre ustedes lo hacen mucho más que conmigo —se quejó la rubia.
—Eso es porque tienes muy poca resistencia, palomita, pero ya te vas a acostumbrar. —Sonrió Locrian. Poco después, un simultáneo orgasmo los sacudió a ambos.
—¿Ya terminaron? Colin nos está esperando.
En definitiva, los tres llevaron al protegido en uno de los carruajes, el vampiro cenizo estaba impaciente y todas sus maletas contenían aquellos bienes y ropajes que había adquirido al trabajar en la casa Baudelaire. Las demás cortesanas se despedían de él entre lágrimas. Con pañuelos y sus maquillajes estropeados, brindaban un adiós al carruaje.
—¿Ya llegamos? —preguntó Colin.
—No —dijo Elliot.
—¿Y ahora?
—No.
—¿Y a dónde vamos?
—Por veinteava vez, es una sorpresa —gruñó el mayor.
Para los tres, era bien conocido aquel camino de rocas donde ya el carruaje tenía dificultad para avanzar. Locrian sonrió para sí mismo, pues había sido una excelente idea.
—¿Ya llegamos, amor? —preguntó el gitano para molestarlo. Ballard le dio un pequeño golpe en la cabeza.
Colin se despidió de los Cruthadair con energía cuando fue dejado allí. Chispeante y alegre saltaba y agitaba sus brazos.
—¡Adiós, Prim-cesa! ¡Visítame pronto!
La despedida de Colin era tan distinta al somnoliento y poco enérgico adiós de Mortem, quién se hallaba junto al recién llegado tras haber sido designado para cuidarlo. Primrose había tenido la idea de enviar a su amigo a vivir con Mortem, ya que la infinita alegría y simpatía del cenizo podía reavivar la vida del inmortal y acompañarlo. Los días de trabajo sexual habían terminado, y Mortem aceptó acogerlo en cuando Elliot se lo propuso tiempo atrás.
—Nunca hubiese confiado en alguien tan infantil, letal y demente como para asignarlo a vivir junto a ti, pero he aprendido que las almas más volátiles, a veces son las más leales —le había dicho el rubio.
—Te dije que, por el momento, no necesito un compañero. No tenías que preocuparte por mí.—suspiró el inmortal en aquellos días, pero una pequeña sonrisa apareció en su rostro—. Sin embargo, si para ti fue posible aceptar tus sentimientos por aquellos dos, yo también puedo abrirme a intentarlo. Estoy realmente feliz por ti, Elliot Ballard, sé que los amas demasiado y que ellos te aman a ti.
—Fue difícil, pero solo hacía falta sincerarnos, y todo simplemente fluyó.
—¿Recuerdas hace meses, cuando te dije que algún día descubrirías los motivos de Lord Byron para hacerlos gobernar juntos? Creo que este pudo ser su propósito, no solo darte otras perspectivas para tus decisiones, sino también regalarte una familia. Nada se le escapaba nunca.
Así fue como Elliot lo comprendió; y en tanto el carruaje se alejaba de ese sitio montañoso, donde el cielo era una acuarela multicolor, Colin permaneció unos segundos en silencio, para luego voltear hacia ese apuesto hombre con el que lo habían dejado.
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Corazón Vampiro 🫀 | YA EN FÍSICO
VampireEn 1850, la reina Victoria reinaba con pulcritud y recato a los ingleses, pero una vez que el sol se ocultaba, era Lord Byron Cruthadair quién regía a las criaturas de la noche. Tras el repentino suicidio de este patriarca vampiro, sus tres heredero...