ꪖꪑꪮ𝘳 ᦔꫀꪑꪮꪀ𝓲ꪖᥴꪮ (𝒯ℴ𝓂𝒸ℴ - 𝐓𝐨𝐦𝐱𝐌𝐚𝐫𝐜𝐨)

40 - Volver

⟨ Narra Tom ⟩

Después de unas semanas, nuevamente, mi Marco y yo, iremos a su secundaria.

Después de discutirlo con mis madres y que, aunque la raza demoníaca de Marco es peligrosa, hicimos un acuerdo, mientras mi castaño se mantenga cerca mío, no habría problemas.

Pronto él tomará clases para autocontrolarse junto con mi mamá, quién me dijo que era necesario, estando solo le tomaría mucho tiempo a Marco. Pero incluso con eso no pude negar los deseos de mi castaño.

Sabía que no podía tener a Marco retenido en mi dimensión para siempre, aunque nuestra boda aún esté en espera, creí que podría convivir solo con él antes de cualquier otro evento.

Y con la nueva revelación de parte de Mixi, me preocupa más la protección de mi castaño.

Quién dormía en mis brazos con tranquilidad, me gustaba ver la escena, Marco junto a mi abrazándome para que no me vaya.

Pero su duda me dejó pensando, debería dejarle irse a su dimensión para que complete sus estudios, pero me aterra que el verdadero malo tenga planeado secuestrar a Marco otra vez.

¿Quién será?, esa pregunta redundaba en mi mente.

¿Un antiguo enemigo de mis madres?.

Suspiré exhausto. Tuve muchas revelaciones. Mi mamá y mi Marco son demonios de clase IRA.

Mixi murió, pero con ella no terminó mi camino a mi coronación. ¿Por qué todo heredero al trono sufre para ascender?

Tal vez nunca sepa la razón.

Se acerca la hora de irnos al colegio, así que tenía que despertar a Marco.

- Marco...

- ¿Mhpm?. Me respondió sin moverse.

- Es hora de levantarse.

- ¿Un rato más?. Pidió.

Aunque un sí me ansiaba responderle, sé que debíamos levantarnos.

- Iremos al colegio, ¿Recuerdas?.

Sus ojos se abrieron, me miraron un momento. Se levantó frotándose los ojos.

- ¿Es hoy?. Preguntó despacio.

- Sip.

Despertó en su totalidad para luego apoyarse en mi hombro.

- ¿Yo pedí esto verdad?.

- Y te lo cumplí.

- ¿No podemos faltar por hoy?. Me pidió.

Y aunque nuevamente quería responder con SI, me aguanté.

- Nop. Respondí.

Pero él no se movía. Un aire atrevido lo cubrió, para luego sentarse encima mío y mover sus caderas.

- ¿Incluso si te lo pido así?. Dijo con una voz muy seductora.