Mi cuerpo no tardó en ceder al cansancio.
Al tener el sueño ligero, sentí como Kai se acomodó a mi lado con mucho cuidado, evitando tocarme.
No voy a mentir, lo que más quiero en este momento es que él me abrace.
Basta, debo dormir.
Debo recuperar fuerzas para cuidar de Kai mañana y los días que él necesite.
(...)
Cuando mis ojos se abrieron pude sentir el tibio cuerpo del cazador pegado al mío.
Su frente parece estar descansando en mi cabeza porque siento su suave respiración rozar mi nuca.
Tomé la colcha y la levanté levemente.
No me percaté de la mano de Kai descansado sobre mi abdomen hasta que la vi.
Con mucho cuidado, volví a dejar la colcha descansar sobre mi cuerpo.
No voy a despertarlo después de todo lo que sufrió durante la noche.
Por inercia, mi cuerpo se movió levemente hacia atrás pegándose más al agradable calor.
Es la temperatura normal en Kai, no se compara en absoluto con su fiebre.
Cerré mis ojos dejándome envolver por él.
En ese momento un destello fugaz pasó por mi mente recordándome que Kai duerme sin su máscara.
Ahora que lo noto, siento su nariz rozar mi cabello.
Es muy descuidado.
¿Será su forma de ser así con todas las personas que son amables con él?
Una punzada de molestia invadió mi pecho.
No es un secreto que Kai atrae a muchas mujeres, su porte es hipnotizante para cualquiera.
Es verdad que no todas se atreven a acercarse al ver su máscara y su kimono de cazador, pero eso no quita que hayan mujeres descaradas.
¿Kai habrá hecho esto con alguna otra?
¿Habrá dormido abrazado con otra mujer?
Agh, esto es estresante.
Primero que nada, Kai tiene el derecho de hacer lo que quiera con cualquier mujer. Segundo, no puede hacer absolutamente nada con ninguna mujer porque es un cazador, je.
...
¿Y eso en dónde me deja a mi?
¿Si quiera me considera una mujer este hombre o para él realmente soy una niña?
¡Agh!
—Deja de frustarte sola —la voz ronca y grave de Kai inundó el lugar.
Ni siquiera emiti ningún sonido, ¿como es que se despertó?
—Kai —me quejé por lo bajo.
—¿Qué sucede? —preguntó adormilado, sin moverse de su posición.
—Necesito que me respondas algo. —Di media vuelta mi cuerpo escondiendo mi cara en su pecho —. Es algo serio —aseguré jugando con la cinta que ataba la parte superior de su vestimenta.
—¿Qué es? —consultó tranquilo.
Subió su mano hasta mi espalda al notar que quedó casi a la altura de mi culo.
—¿Tú como me ves? —cuestioné.
—¿A qué te refieres? —preguntó después de unos segundos de silencio.
—Biologicamente ¿que soy? —aclaré.
—¿Una mujer? —respondió dudoso.
—¿Por qué dudas tanto? —Lo golpeé molesta.
¡Claro que soy una mujer! ¿Acaso no se nota?
—¿Por qué...? —Se rió por lo bajo —. ¿Por qué lo preguntas? —completo la oración.
¿Por qué lo pregunto? Simplemente quiero saber si para él soy una mujer, pero... ¿Eso en que cambia nuestra forma de relacionarnos?
El hecho de que me vea como una mujer no significa que mágicamente vamos a casarnos.
—No... por nada —declaré con mis ojos clavados en la tela blanca.
—¿Estás segura? —cuestionó acariciándo suavemente mi espalda con las yemas de sus dedos.
—Ajá —le resté importancia —. ¿Pudiste descansar? —cambie de tema.
—Pude hacerlo. —Asintió —. ¿Tú te sientes bien? —quiso saber.
—Si. —Asentí con la cabeza sintiendo mi frente rozar con su pecho.
—¡Tara, hija! —el gritó de mi padre me hizo separarme de él —. ¡La secuestraron, secuestraron a mi niña! —gritó dramáticamente.
Mis ojos se abrieron sin saber que hacer ahora.
—Nos vemos después —le dije a Kai sin mirarlo para salir del cómodo lugar.
Salí de su alcoba con cuidado y corrí hasta la mía para cambiarme con rapidez.
—Papá —lo llamé una vez lo encontré.
—¡Tara! —Corrió hasta mi para abrazarme —. ¿Estás bien? ¿A donde fuiste? —Apretó mi rostro para escanearlo.
—Estoy bien —dije con dificultad —. Estaba cuidando al señor cazador —informé sin poder ocultarlo.
—¿A Kai? —Me miró asustado —. ¿Y él te permitió hacerlo? —interrogó desconfiado.
—Si, de hecho ahora iba a prepararle algo para desayu...
—¡Cierto, debe alimentarse! —Corrió hasta la cocina —. ¡Preparen el mejor festín para el señor Kai! —ordenó.
—Tara, volviste. —Kiki dio saltitos para abrazarme —. Acaso... ¿Dormiste con Kai? —susurró cómplice.
—¿Qué? —Mis cejas se levantaron con sorpresa —. Cállate y ve a desayunar —ordené.
—¿Tú vas a desayunar con él, verdad? —Sonrió con picardia.
—¡Cierra la boca, enana! —Empujé su frente redonda.
Ella soltó una carcajada y salió corriendo.
¿Qué clase de pensamientos tiene esta niña?
Bufé y me dirigí a la cocina.
(...)
Antes de entrar toqué la puerta.
—Kai, vamos a pasar —avisé.
—¿Vamos? —cuestionó del otro lado —. Solo entra tú —pidió.
Puse levemente los ojos en blanco.
Tenemos otro caprichoso por aquí.
—Bien, voy a pasar. —Suspiré.
Tome la bandeja con los alimentos y abrieron la puerta para que entre.
A penas puse un pie dentro, los brazos de Kai tomaron la bandeja para ayudarme.
Mi ceño se frunció y lo miré molesta.
—¿Qué? —consultó.
—Deberías estar haciendo reposo —reproche.
—Estoy haciendo reposo —aclaró.
—Ajá. —Deslicé la puerta para cerrarla detrás de mi —. Luego me dices que yo no sé cuidarme, cuando esta claro que tú tampoco —recalqué.
—Ey —se quejó por lo bajo.
Maldito irresponsable.
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Hunter: Cazador; Spreen
FanfictionTara vivía felizmente en su aldea, hasta que una extraña criatura amenazó con la vida de todos y descubrió que los antiguos dichos eran reales. Para su suerte, un cazador, que ella también creía irreal, aparece para salvarla. Los aldeanos le dan pos...