—¡Padre! —Salté encima de él para abrazarlo.
—¿¡Estás bien!? —preguntó preocupado alejando su rostro para verme —. Estas empapada de... —Abrió los ojos como platos.
Se dice que si la sangre maligna entra en contacto con la tuya te vuelves uno de ellos.
—Estoy bien, el joven cazador me salvó. —Moví mi cuerpo hacia un lado señalando con ambas manos a mi salvador.
—¡Woah! —las exclamaciones sorprendidas salieron de la boca de todos.
—Es un verdadero cazador —susurró el más joven de los aldeanos presentes observando la marca roja bordada en su ropaje.
—Le agradezco enormemente, señor. —Mi padre hizo una leve reverencia hacia él.
—Oh, no es necesario. —El cazador negó con las manos avergonzado. En ese instante pude ver un pendiente en forma de pluma en su oreja.
Se solía contar que la actitud de los cazadores era fría e intimidante. Al parecer este chico es la excepción.
—Le pido que descanse en nuestra posada —pidió mi padre.
—De hecho... —Aclaré mi garganta nerviosa —. El buen señor va a quedarse un tiempo con nosotros —informé.
—Solo será hasta que termine mi tarea —afirmó este.
—Con mucho gusto lo aceptaremos y le daremos una hospitalidad encantadora —aseguró mi padre, el Jefe de la aldea —. Mi nombre es Isao, mucho gusto.
—Soy Kai, el gusto es mio, señor. —Hizo una leve reverencia.
Los aldeanos estuvieron de acuerdo con que el joven se quede.
Lo llevamos hasta nuestra casa y le ofrecieron un baño. Él acepto con amabilidad así que fueron a prepararlo junto al mío.
—¡Tara! —La pequeña Kiki corrió hasta mi.
—Alto ahí, renacuajo. —Pose mi mano en su frente para detenerla —. No puedes tocarme ahora —informé.
Si una gota de esta sangre llega a su boca estaremos perdidos.
Bufó enojada.
—Parecen estar bien informados —indagó Kai.
—Desde que tengo uso de razón cuentan historias acerca de ustedes y los demonios en nuestra aldea —conté.
—Las aldeas nunca suelen estar informadas acerca de nuestra existencia —dijo pensativo.
—Como yo, seguramente creían que todo era una mentira, pero ya aprendí la lección. —Di vuelta el cuerpo de mi hermana y pegué una palmadita en su trasero para que se aleje de mi. Ella lo hizo entre risas.
Sonreí aliviada al verla tan bien. Cualquiera terminaría con un severo trauma después de lo sucedido.
—Eres una buena persona —halagó el pelinegro —. Eso ayuda a tu hermana a ser más fuerte.
Iba a responder de forma sarcástica, pero una punzada en mi abdomen no me lo permitió.
Un quejido salió desde mi garganta y mis piernas flaquearon dejándome arrodillada en el piso.
Apreté con fuerza el lugar de donde provenía el dolor sintiendo un líquido tibio salir de ahí.
Oh, no.
Intenté mantenerme consciente, pero mi vista se dispersaba cada vez más.
Un ruido inentendible se escuchaba de fondo.
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Hunter: Cazador; Spreen
Fiksi PenggemarTara vivía felizmente en su aldea, hasta que una extraña criatura amenazó con la vida de todos y descubrió que los antiguos dichos eran reales. Para su suerte, un cazador, que ella también creía irreal, aparece para salvarla. Los aldeanos le dan pos...