Capítulo 22.

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(...)

—¡Maldito! —Patee a Kai que estaba sentado tranquilamente en el suelo —. Casi arruinas todo —reproche.

Él levantó la mirada de su libro como si no se hubiera percatado de mi existencia.

—Ah, hola, Tara —saludó animadamente.

Después de que Kimura y yo nos alejamos, descubrí a Kai siguiendonos como un acechador. Por suerte me escabulli y logré convencerlo de que regresara.

Suspiré.

Es imposible hacer que este idiota entre en razón.

Me senté en frente de él.

—Hola —saludé resignada —. ¿Te divertiste siguiendonos? —interrogué.

—No creí que me descubririas —dijo apenado —. Debería haberlos seguido desde los techos —se reprochó internamente.

¿Así que su condición física le permitía seguirnos desde encima de los tejados?

—Si ya estas mejor, voy a volver a dormir en mi alcoba y dejaré de estar encima de ti todo el día —informé.

—¿Qué? —Dejó el libro en el suelo con brusquedad —. Digo... —Aclaró su garganta —. Por supuesto, usted es libre de hacer lo que le plazca, señorita —se redimió amablemente.

—Bien. —Asentí y dejé caer mi cuerpo hacia atrás.

Estoy cansada.

—¿Hiciste mucho hoy? —preguntó interesado.

—Si, tuve que encargarme de las cosas que no hice por estar contigo —recalqué.

—En ningún momento te obligué a quedarte conmigo —difirio con tranquilidad.

Tiene razón y me quedaría mil veces más si pudiera.

Compartir tiempo con Kai simplemente no tiene precio.

—Deberías hacerlo —balbucee casi inaudible.

Hubieron unos segundos en silencio.

El cuerpo de Kai se movió hasta estar cerca del mío.

—Si yo te lo pidiera ¿te quedarías conmigo? —Elevó sus dedos hasta los pequeños pelos que descansaban sobre mi frente.

Una corriente de emociones recorrió todo mi cuerpo.

Lo miré con una intensidad inevitable.

—No es una buena elección de pregunta —confesé con los nervios a flor de piel.

No me confundas más, por favor.

—¿No lo es? —inquirió confuso.

—No, Kai —negué y desvíe la mirada de su rostro enmascarado —. De hecho lo mejor sería que estemos lo más separados posibles —expuse.

Si estoy a su lado, el sentimiento que tengo en mi corazón crece exponencialmente. Eso significa que su partida me va a doler cada día más.

No quiero tener que sufrir por él.

Mi destino no es poder estar a su lado.

El destino de Kai no me permite permanecer junto a él.

La única ilusa que esta abriendo su corazón con estos estúpidos acercamientos soy yo.

El corazón de Kai sigue igual de cerrado que el primer día.

Él no me comparte nada de su vida, nada de su pasado ni de su presente.

Lo único que sé es que Kai es un cazador que se está quedando en mi casa y me esta ayudando a entrenar.

Kai es un cazador y no puedo reclamarle eso.

Lo correcto es que yo simplemente sepa eso, que él es un ser independiente, misterioso y distante. No necesito... no, no debo saber más y él lo tiene más que claro.

Pero... ¿Cómo se supone que no quiera saber más cuando él me acaricia así? Cuando él sí se interesa por mí y me hace incontables preguntas con suma curiosidad e interés.

¿Cómo se supone que debo actuar ante su encanto y sus ojos que parecen suplicar mi atención?

Esto es injusto.

Es muy injusto.

Mi corazón y mi ser quieren ir más allá, pero no pueden hacerlo.

Simplemente voy a tener que dejarlo ir y olvidar todos estos sentimientos.

Voy a tener que olvidar la sensación de haberme enamorado por primera vez.

No es justo.

—Tara... —Los dedos de Kai se deslizaron hasta mi mejilla, limpiando mis lágrimas.

—No. —Me levanté de repente —. Ya no puedo seguir estando a tu lado —admití —. Yo ni siquiera te conozco —utilicé ese recurso ridículo como excusa para alejarme sin tener que confesar mis sentimientos —. No sé nada de ti y a ti no te interesa compartir eso conmigo. —Sequé mis lágrimas toscamente —. No te interesa mantenerme a tu lado, así que déjame en paz. Que estés aburrido en esta aldea no significa que puedes tomarme como tu bufón personal —solté intentando hacer que suene real.

Sin esperar respuesta de su parte, salí de su alcoba y fui a encerrarme en la mía.

Se acabó.

Aquí termina mi estúpida ilusión.

Tengo que aprender a enterrar este inadecuado amor y seguir adelante sin que me afecte.

¿Seré lo suficientemente fuerte como para hacer eso? ¡Tengo que serlo!

No existe otra opción. Tengo que mantener mi distancia. Además, ahora que le dije todo aquello, dudo que él vuelva a buscarme.

Después de todo soné como una niña caprichosa haciendo un berrinche. Supongo que Kai estará decepcionado porque no tuve la suficiente consideración con él y no me puse en sus zapatos.

Suspiré tapando mi cabeza con el edredón.

Quiero desaparecer.

Si lo hiciera tal vez renaceria en otro mundo donde mi relación de amor con Kai si es posible.

Eso sería fantástico.

Poder amar a Kai seria estupendo.

Tal vez, en esa otra vida mis sentimientos puedan ser correspondidos.

Hunter: Cazador; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora