Capítulo 12.

673 126 43
                                    

Sentada en la soledad de mi aposento, después de huir de Kai, mi mente puso pensamientos en mi cabeza que no son de mi agrado.

Estoy aburrida, estoy sola, estoy... confundida.

Nunca antes me sentí tan inútil como ahora.

¿Qué se supone que debo hacer?

Levanté mi cuerpo pesadamente y me dirigí a la ventana.

Enrolle la cortina de bambú para mirar hacia afuera.

Casualmente tiene que estar él.

Observé como Kai cargaba las compras de una anciana y la ayudaba a llegar a casa.

Un hombre con un corazón tan puro...

Un hombre así nunca tendría en cuenta una chica tan descuidada como yo.

¿Quiero que Kai me tenga en cuenta?

Tal vez si quiero.

Quiero que me note, quiero que vea que soy una mujer y no una estúpida niña.

Suspiré y apoyé mi rostro en mi mano mientras seguía observando como él se alejaba.

Cuando Kai se vaya ¿todo este nuevo sentimiento se irá con él?

Creo que eso es lo mejor, que esta presión en mi pecho desaparezca. Porque alguien como yo nunca lograría mantener una persona así a su lado.

Ni aunque quisiera y me esfuerce por hacerlo podría conseguirl...

El rostro de Kai se giró hacia mi dirección opacando mis pensamientos.

Incluso yo siento como mis ojos brillan emocionados al verlo.

Los ojos del pelinegro pasearon por mi rostro con cuidado y volvieron su atención al trabajo.

Como decía, él nunca me tomará en cuenta.

Volví a bajar las cortinas desilusionada.

Tal vez no estoy hecha para casarme.

¿Casarme? ¿En qué momento salte de qué Kai me atrae a la idea de casarme?

Mi mente discutió conmigo unos largos minutos hasta que finalmente me rendí.

Echar otro vistazo no me hará más daño.

Volví a enrollar la cortina rendida.

La máscara en primer plano de Kai hizo que de un salto en mi lugar asustada.

—¿Qué demonios...? —balbucee.

—Hola, ¿Te sientes mejor, Tara? —consultó amable.

¿Por qué te interesa? Aléjate de mi.

—Nunca me sentí mal —respondí con soberbia.

Él asintió levemente buscando otras palabras.

—Y... ¿no estas molesta conmigo? —dijo con culpa.

Ah, cierto.

El muy "hombre de ensueños" escucha conversaciones ajenas.

Relami mis labios y comencé a bajar la cortina nuevamente. Espero que eso responda su pregunta.

—Espera, Tara... —pidió bajando su cabeza para que pueda seguir viéndolo.

Lo mejor es dejar de relacionarme con él por cosas que no son esenciales.

No más buenos días, no más comidas juntos, no más conversaciones irrelevantes, no más buenas noches, ¡no más intentar tocar sus manos!

Se terminó.

Hunter: Cazador; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora