Capítulo 26.

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Mientras yo fui hasta el baño para alistarme, Kai se escabullo hasta su alcoba.

Después de unos minutos, salí de la habitación. En ese momento pude ver a Kai, también saliendo de la suya. Vi su vestimenta prolija y subí mis ojos hasta su máscara.

Él se percató de mi presencia y me observó sin moverse, no evitamos reír como unos idiotas.

Dí unos pasos acercandome a él con la necesidad de volver a tocarlo.

—¡Ajá! —Kiki apareció en escena mágicamente señalandonos —. Así que ustedes dos...

—Shh. —Me agaché para tapar su boca con mi mano —. Nos vamos —informé caminando hasta la sala con la risa de Kai de fondo.

Dejé a Kiki en el suelo y saludé a los presentes.

—Su padre va a pasar el día afuera, nos pidió que le dijéramos —informó Ima, una de las empleadas.

Él siempre suele decirme esas cosas personalmente, pero hoy no me despertó para hacerlo.

¿Habrá pasado algo?

—¿Era algo importante? —consulté curiosa.

—Dijo que no se preocupara. —Sonrió —. ¿Quiere comer? —preguntó cambiando de tema.

Asentí.

—¡Comamos juntas! —pidió Kiki tomándome de la mano —. Que Kai también coma con nosotras —rogó.

—Ve a buscarlo, yo mientras voy a preparar la mesa. —Acaricié su cabeza.

—¡Kai! —gritó feliz corriendo hasta el recién nombrado.

Kiki también sufrió la repentina separación que tuve con Kai. Solíamos pasar tiempo los tres juntos y nos divertíamos bastante, sin embargo todo terminó de un día para el otro.

Notaba los ojos curiosos y tristes de Kiki observarnos sin entender lo que pasaba. Nunca pensé que eso la afectara tanto.

Compense ese sentimiento pasando más tiempo con ella, pero eso no pareció llenar por completo el vacío que la pequeña estaba viviendo.

Me alegra poder volver a verla sonreír sin preocupaciones. Por otro lado, temo hasta cuando va a durar esa tranquilidad, puesto que no es un secreto que Kai tiene que irse tarde o temprano.

(...)

Uno de los aldeanos nos llamó, diciéndonos que nos buscaban, al no estar mi padre presente, tomé su lugar y salí afuera.

—Buenas tardes, ¿que se le ofrece? —Sonreí con amabilidad.

Observé como el visitante poseía un kimono similar al de Kai, pero el bordado rojo me indica que no es un cazador. Además, no posee una máscara cubriendo su rostro, dejando a la vista su piel bronceada y sus facciones marcadas. Su cabello es castaño y sus ojos verdes.

—¿Aquí se encuentra el cazador Kai? —preguntó ignorando mi saludo.

—Ah, si. —Asentí con confusión —. Yo... iré a buscarlo.

—Si, y que sea rápido, por favor —ordenó.

Di media vuelta, chocando de lleno con el pecho firme de Kai.

Levanté la mirada, viendo como sus ojos parecieron endurecerse, al igual que todo su cuerpo.

¿Está es la faceta de Kai cazador?

—Ha pasado un tiempo, Kenji —dijo en forma de saludo.

Su cuerpo se movió hasta posicionarse delante del mío de forma protectora.

—Lo mismo digo, ¿estabas pasando un buen momento sin mi? —preguntó irónico.

—Siempre es bueno no verte la cara —admitió Kai.

Mi boca se abrió levemente con sorpresa. Nunca antes lo había visto interactuar así con otra persona. ¿Es acaso esta la personalidad que tenia antes de llegar aquí?

—Si, como sea, tampoco estoy aquí porque quiero ver tu estúpida máscara, vengo a corroborar lo del último informe —respondió Kenji reacio.

—Cuida lo que sale tu boca, recuerda que soy tu superior. —Kai se cruzó de brazos con arrogancia.

Me alegra que hayamos hecho un buen trabajo domesticando a Kai. Si fuera por la aldea tratando de esa forma a los habitantes, tendríamos serios problemas.

Él otro chico suspiró resignado.

—Volviendo al tema... —Su cabeza se asomó por el costado del cuerpo de Kai, escaneandome de pies a cabeza con desprecio —. ¿No existe la privacidad en esta aldeucha?

El calor subió a mis orejas avergonzada.

Un gruñido molesto salió de los labios de Kai.

—¿Debo volver a repetirte que cuides tu boca? —El cazador tomó al castaño del cuello del kimono, amenazante —. Creo que has olvidado tu lugar al no verme en tanto tiempo, tal vez debería recordarte quien soy...

—Es mi culpa, por favor, pasen a hablar en un lugar más cómodo y privado. —Señalé la entrada con ambas manos, invitándolos a pasar.

Lo último que quiero es armar un escándalo a la luz del día.

Miré los ojos de Kai, pidiéndole que me haga caso. Su mirada pareció ablandarse y soltó el cuerpo de Kenji.

—Vamos —ordenó con un movimiento de cabeza.

Esperó a que Kenji pasara primero.

Nana lo recibió y lo llevó hasta una de las salas de reuniones privadas.

Kai finalmente suspiró y se giró en mi dirección.

Analizó mi expresión confundida e impactada por toda la situación.

—Solo van a ser unos minutos —informó a lo que yo asentí sin decir nada —. Bien —susurró mirando para ambos lados, inspeccionando que no haya nadie.

Levantó su máscara, dejando sus labios expuestos y los acercó a los míos, sellandolos en un beso cálido y tranquilizador.

Un jadeo de sorpresa salió de mi boca al no esperarme el beso.

Kai se separó con una sonrisa y me dio una última mirada apaciguada antes de irse.

Toqué mis labios totalmente embobada.

¿Es real esto?

Sonreí y negué con la cabeza, despejando mis pensamientos.

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PAUSADA POR EL MOMENTO.

Hunter: Cazador; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora