Capitulo 5

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Freen


—Te ves hermosa -dije admirado al verla salir de su casa. Y era cierto, se veía perfecta con aquel vestido rojo, que combinaba excelente con su piel.

Mi hermana tenía un gusto exquisito, no cabía duda.

- Gracias, mi amor —respondió feliz mientras alzaba la mano para que se la besara, cosa que me sorprenderá. ¿Estaba acostumbrada ya a ese gesto? No le di más importancia y se la besé, para luego abrirle la puerta del auto.

- Mi familia es un poco peculiar, pero considera que te van a caer bien —le conté mientras conducía.

- Haré lo posible para caerles bien - aseguró.

—Solo sé tú misma -le pedí sin saber que estaba más que equivocado.

Llegamos a la casa y presentamos a mi novia con mis padres. Papá la saludó con seriedad, pero mi madre, que estaba un poco loca, la observar con desagrado.

- Espero que de verdad quieras a mi hija y no seas una trepadora, porque tienes vibraciones de trepadora -soltó enojada—. Siento un aura maligna en ti.

- ¡Mamá! —la reprendí. Kanya me presionó fuerte la mano y vi sus ojos llenarse de lágrimas

- Cariño, tranquila, no seas grosera le dijo papa sujetándola por los hombros y observándonos apenado—. Apenas la conoces.

- Sabes que rara vez me equivoco al juzgar a las personas —masculló ella con coraje. No podía. Comprenderla, dado que siempre me dijo que le gustaría que sentara cabeza, que trajera a alguna chica a casa.

¿Por qué me estaba haciendo esto?, ¿Qué le ocurría?

- Mejor voy, Freen. -Gimoteó mi herida novia y yo fulminé con la mirada a mamá, quien resopló

- No se vayan, me voy a dar la oportunidad de conocerte. Tal vez te estoy juzgando mal - le dijo.

- Creo que es mejor que nos vayamos, no puedo creer que le faltes el respeto así a Kanya -intervine furiosa.

- Lo siento, pero no puedo ignorar las malas vibras cuando las siento o las veo -se excusó mi progenitora-. Sin embargo, quiero que cenemos juntos, todo está listo y me daré la oportunidad con ella. Tal vez solo estoy cansada y por eso siento todo esto.

- ¿Quieres quedarte, cariño? —le preguntó a Kanya, quien estaba pensando.

- Está bien -respondió.

Los cuatro fuimos hacia el enorme comedor, y mi hermana no tardó en bajar para acompañarnos, sorprendiéndome con su actitud seria y distante para con mi novia.

Sabía que tanto mi madre como Erika estaban chifladas y tenían un trauma enorme con eso de las vibraciones y cosas espirituales, pero no comprendía su actitud tan descortés para con Kanya, quien era un amor de persona.

Por un momento me imaginé trayéndoles a una mujer como Becky y estuve seguro de que a ella ni siquiera la dejarían entrar a la casa.

«Carajo, ¿otra vez Becky?», pensé, aunque me sentí más indignada ante la idea de que la rechazaran. No sería justo, pues, aunque era una mujer más sexi y atrevida, ella también era una chica buena, amable, siempre dispuesta a ayudar a los demás.

También adoraba verla sonreír por pequeñas tonterías cursis. Esa pelirroja reía como chiquilla como cuando veíamos películas de comedia abrazadas en el sofá, luego de haber tenido sexo como dos desquiciadas.

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora