CAPÍTULO 26

2.3K 220 21
                                    

Becky

-Becky...

-Quiero que hagamos la ecografía, estoy preocupada por mi bebé. -Volteé hacia el doctor y este dio un asentimiento.

Freen pareció resignarse y pasamos al meollo del asunto: mi bebé.

El alma me regresó al cuerpo cuando vi que mi bichito era más grande y el doctor nos mostró los latidos.

—Dios, ¿ese es mi bebé? -preguntó Freen con mucha emoción-. Tiene una cabezota, ¿eso es normal?

La fulminé con la mirada y el doctor se rio de una manera que no pude evitar hacerlo también.

- Sí, señora, es su bebé y es normal que tenga una cabezota. Los embriones suelen ser así. Todo se ve correcto, no hay sangrados, hematomas, ni nada que indique que el embarazo está en riesgo. Esos tirones están ocasionados por el mismo crecimiento del útero. Aun así, le pediré que se tome todo con calma, vida normal, pero no se estrese demasiado, descanse si el cuerpo se lo pide y no se exija mucho.

- ¿Lo oiste, Becky? Nada de estresarse —me dijo Freen besando mi frente.

- No me estresaré, me voy a cuidar mucho -prometí.

Después de la ecografía, Freen y yo nos fuimos de la consulta. Todavía no sabía qué iba a decir sobre lo que escuchó allá adentro y tenía miedo de que me juzgara, que se viniese una pelea grande y que se arruinara lo que habíamos conseguido avanzar.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -cuestionó ella, una vez que estuvimos dentro del auto.

- ¿A qué te refieres? -pregunté desviando la mirada.

- No finjas, sabes de lo que te hablo. —Gruñó—. Becky, me comporté como una maldita salvaje contigo, te hice de todo la primera vez que estuvimos juntas. Con razón estabas tan malditamente apretada.

- Creo que el que fuera virgen o no, no importaba, ¿me merecía más respeto si lo era?

- No, pero pude haber tenido más consideración contigo, guiarte, darte un buen recuerdo, caramba -se quejó. Debía admitir que su reacción no me molestaba del todo, al menos me lo reprochaba por mí y no por ella.

- ¿Habrías estado conmigo de haberlo sabido? -inquirí sorprendida.

- Debo admitir que siempre traté de no estar con mujeres inexpertas, pero contigo por supuesto que habría hecho una excepción. Me encantaste desde el primer momento en que te vi. Carajo, hasta fui a despedirme de beso cuando te contraté.

- Lo recuerdas. —Sonreí.

- Lo recuerdo todo, recuerdo cada momento, Becky -dijo muy seria—. Y eso no lo hice con nadie, solo contigo.

- ¿Qué?

- ¿Por qué no me lo hiciste saber?, ¿por qué tampoco me dijiste que solo has estado conmigo? Tú me hiciste creer que....

- No podía hacerlo, no cuando tú te jactabas de tener a muchas amantes, que yo solo era una más.

- Lo siento por eso —murmuró y me miró culpable

- Lo siento también por no haberlo dicho, pero creí que eso pertenecía a mi intimidad, no quería que influyera en nuestra... relación, si es que así se le puede llamar.

- Lo era, solo que yo fui una tonta que nunca se dio cuenta de que teníamos algo más que una simple relación de amantes. Contigo hice de todo, te dejé tocarme en lugares donde a ninguna otra le permití. Fui una verdadera cerda contigo.

—No lo voy a negar, pero eso me gustaba. -Solté una risita—. De haber sabido que yo era inexperta, tal vez nunca habríamos hecho tantas cosas.

Freen se quedó callada unos segundos, sopesando mis palabras. Finalmente, suspiró y asintió.

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora