Irin
Estaba por subirme al autobús, pero unos fuertes brazos me alcanzaron y me atraparon antes de que lo hiciera. Por un momento me temí estar siendo secuestrada, pero dejé de forcejear al darme cuenta de que era Noey.
Quizás habría sido mejor que me secuestraran....
—Tenemos que hablar, no puedes irte —me susurró al oído y me estremecí sin desearlo.
Todavía el sonido de su voz me causaba escalofríos y me estaba abriendo heridas que se suponía que deberían estar cicatrizadas, sin embargo, no lo estaban.
-Claro que me puedo ir, voy a gritar, suéltame -amenacé. Noey suspiró y retrocedió varios pasos hasta asegurarse de que mi autobús se fuera, cosa que me llenó de indignación.
Por supuesto, para ella era un simple autobús, para mí era otra media hora de espera, si es que corría con suerte. Me quedaba claro que esta tipa seguia siendo la misma arrogante y desconsiderada de toda la vida.
Finalmente, los brazos de Noey me liberaron y me volví hacia ella para observarla con furia. No obstante, mis improperios se congelaron en la punta de mi lengua al ver la manera en que me observaba. Parecía dolerle incluso más de lo que me dolía a mí y no comprendía por qué.
- ¿Qué quieres, Noey o debería decir Tee? -farfullé
- Lo siento, esa fue una estupidez de mi parte no decirte quien era desde un inicio, sé que debi ser honesta, pero...
- Lo que pasa es que te avergonzabas de mí, eso fue lo que paso -contesté, intentando no pensar en esos dolorosos tiempos. Todos los días los revivía una y otra vez, pero no deseaba que me sucediera frente a esta mujer, protagonista de todos ellos.
- ¿Podríamos hablar en un sitio más tranquilo? La gente nos ve -masculló mirando para todos lados. En efecto, la gente nos observaba con curiosidad.
- No, yo contigo no voy ni a la esquina -espeté furiosa—. Si quieres esconderte, hazlo sola.
- No quiero esconderme, ya no. —Se pasó la mano por su cabello. Pese a lucir nerviosa, seguía siendo en extremo atractiva, lo cual era muy peligroso para mí y mis deseos reprimidos. Yo aún la deseaba tanto que no podía evitar pensar en ella cuando estaba con alguien más y por eso la odiaba
Odiaba no poderla sacar de mí. Mucho más odiaba la idea de haber estado esperando un hijo suyo, al cual perdí por culpa de una de sus amantes en una golpiza de la cual Noey no me defendió por estar ebria.
Me dio tanta vergüenza no poder defenderme que le mentí a Becky y le dije que me realizaría un aborto de manera voluntaria. Siempre viviría con la culpa de haberle mentido y mucho más ahora que ella estaba esperando un bebé, pero no me arrepentía, no me habría gustado meter en problemas a mi niña porque sé que me habría defendido.
- ¿Y yo que tengo que ver en eso? —Arqueé una ceja.
- Todo, tienes todo que ver. Ven conmigo.
- Sin dejarme reaccionar, me tomó de la mano y me llevó con ella. Intenté librarme de su agarre, pero esta me tenía bastante bien sujeta. Seguía siendo muy fuerte, muy ruda, tan...
- «No, no, basta Irin, basta ya», me reprendí.
- ¡Suéltame ya, no quiero saber más de ti, suéltame, carajo, suéltame! -grité.
Noey dio vuelta en un callejón, me estrelló suavemente contra la pared y me aprisiono.
- No, no lo haré, me tienes que escuchar.
- No me interesa tú y yo nunca tuvimos nada, así que....
- Lo tuvimos todo, solo que yo fui una idiota y dije que respetaría tu decisión, siempre y cuando no te volvieras a cruzar conmigo, ¿no lo recuerdas?
- Sí, pero no me crucé contigo porque quise, yo...
- No me interesa, cerecita, te volví a ver y un trato es un trato. No voy a dejar que te vuelvas a ir y vas a escuchar mi versión de los hechos.
Intenté irme de nuevo, pero ella pegó su cuerpo al mío y me besó de manera inesperada y sensual. Quería ser muy fuerte, pero todo se me olvidó en cuanto sentí su lengua invadir mi boca. Las lágrimas corrieron por mis mejillas mientras me entregaba a aquel apasionado beso, uno que me estaba llevando por senderos bastante peligrosos y excitantes.
- Vas a volver conmigo —dijo cuando metió su mano bajó mi pantaleta y encontró mil clitoris. Sabía que esa era mi debilidad, que le diría que sí a cualquier cosa que me pidiera
- . Te amo, Irin, ya no aguanto más. Estoy harta de tocar a otras y que no seas tú.
- Y yo... igual —admiti entre jadeos, sin importarme que alguien nos viera-. Déjame...
- No, nunca -respondió y sus ojos se volvieron muy oscuros. Presionó su frente contra a mía, pero mantuvo aquella intensa mirada sobre mí, aquella que me doblegaba por completo—. Te lo adverti, te adverti que no volvieras a cruzarte en mi camino porque, si lo hacías, te tomaría de nuevo y regresarías a mí.
Permití que me besara de nuevo y que siguiera con aquellos deliciosos movimientos sobre mi sexo. Me soltó de pronto y me llevó con ella hasta su auto, donde no pude pronunciar palabra alguna ni impedir que me llevara al mejor hotel de la ciudad.
Me estaba tomando de nuevo con esa pasión que nos caracterizó cuando estuvimos juntas por primera vez. Incluso parecía más hambrienta de mí. Mi dignidad la había dejado, al parecer, en aquella jodida empresa, donde no esperaba encontrármela, dado que decían que casi nunca iba.
- Al fin, al fin te tengo otra vez -susurró mientras me embestía y se perdía entre mis pechos.
- Noey -gemi muy alto
- Irin, te extrañé -murmuró—. Todos los que te hicieron daño lo pagaron muy caro, lo juro. Nadie va a volver a ponerte una mano encima, solo yo y para hacerte el amor.
No pude dar réplica, ya que ella volvió a apoderarse de mis labios. Jamás me habían besado con tanta desesperación y entrega, por lo que empecé a cuestionarme si habría una versión que justificara sus actos.
No lo creía, pero quería escucharla, así que seguí entregándome y rezando para mis adentros que Noey no se fuera como solía hacer antes.
Las dos nos volvimos unas completas animales en la cama y volví a entregarme como nunca me entregaba a nadie. Noey gruñía y me susurraba cosas sucias al oído, también palabras de amor que perduraron hasta que las dos nos corrimos de una forma
explosiva y ardiente.
- Supongo que este es el momento en que me echas de nuevo de tu vida, ¿no es así? - cuestioné burlona y ella entornó los ojos, todavía en mi interior y agitada.
- No, te he dicho que no, que me escucharás y que vamos a volver, esta vez para siempre. Me cansé de este estúpido juego, se acabó.
- ¿Qué juego?
- Jugar con otras personas, cerecita.
- Pues yo no la he pasado tan mal —mentí—. Deja de creerte el centro del universo.
- Soy el centro del universo, de tu universo -Sonrió con arrogancia, pero de inmediato se le borró y beso mi frente con dulzura— Y tú eres el mío. Así que me vas a escuchar ahora.
- ¿Y si no quiero? —la desafié.
- No importa, tengo toda una vida por delante para que me escuches. No vamos a volver a separarnos, hasta aquí llegaron tus días de soltería.
- Ah, ¿sí?, ¿y los tuyos? -Gruñi. Noey sonrió de una forma indescifrable.
- Los míos también, cerecita, los míos también.
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Holaa, ¿Qué les pareció el especial?
Siempre quise que saliera el ship de Noey y Irin también tenían muy buena química, pero ni modo, siempre estarán en nuestros corazones jaja 🥲🫶
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Castigando a mamá | FreenBecky G!P
FanfictionFreen Chankimha es todo lo que una empresaria del siglo XXI quiere ser: dueña de una prestigiosa empresa de tecnología, arrogante, atractiva y llena de mujeres a su alrededor para satisfacer sus placeres carnales, entre estas yo. Soy la amante perfe...