Capitulo 4

1.8K 212 2
                                    



Freen


«Pretendientes. Muchos pretendientes, ¿desde cuándo?», me cuestioné una y otra vez mientras conducía hacia el bar, luego de dejar a Kanya en la suya. Ella sabía perfectamente a dónde iba, y aunque no le parecía del todo bien que saliera de noche con mis amigos, lo respetaba y no me hacía escándalo alguno.

Era la mujer perfecta.

-Oye, ¿es normal pensar en otras mujeres cuando estás enamorada? -pregunté de repente a Heng, mi mejor amigo. Ninguno de los dos teníamos planes de emborracharnos, pero sí de pasar una noche relajada y él tenía pensado pasarla bien con alguna chica que encontrara por allí.

Hasta ahora, ninguna especialmente atractiva había aparecido, al menos no para mi, dado que él se las estaba devorando a todas con la vista.

- ¿Por qué preguntas eso? -Frunció el ceño y sonrió burlón-. Claro que es normal, sigues teniendo ojos, ¿O a qué te refieres con pensar?

- Sé que tenemos ojos, que las mujeres son hermosas, me refiero a pensar en tus mejores amantes mientras intentas tener sexo con tu novia

- ¿En tus mejores amantes o en tu mejor amante? -Arqueó una ceja.

- En tu mejor amante. —Suspiré. Él sabía lo mío con Becky, era el único al que se lo había confesado precisamente para que no fuese tras ella. Si bien, no teníamos nada serio, era celosa de su exclusividad para conmigo; no quería que nadie más la tocara.

- Déjame ver si estoy entendiendo, ¿piensas en Becky cuando estás con Kanya? -Me miró como un bicho raro y me arrepentí en ese momento de habérselo contado.

- Olvídalo.

- No, espera, solo quiero entender, ¿Qué te pasa exactamente?

Él era peor que una mujer, siempre quería saber el chisme completo. Sabía que me daría una paliza si no se lo decía.

-De verdad estoy enamorada de Kanya, pero Becky se me viene a la mente cuando estoy haciendo cosas con ella. Mi novia todavía no quiere llegar a nada más, así que supongo que es por eso, Becky siempre accedía a todo conmigo —dije con algo de alivio.

Sin embargo, la expresión anonadada de Heng me volvió a hacer sentir incómoda.

- Amiga, creo que eso no es normal. O sea, yo tengo mis favoritas, pero no pienso en ellas cuando estoy con una nueva conquista. También sabes que me he llegado a enamorar, le fui fiel y no pensaba en otras.

- Gracias por hacerme sentir mejor -murmuré con sarcasmo.

- No te quiero hacer sentir mal, solo que pienses si en realidad te quieres casar con Kanya -contestó serio y aquellas palabras hicieron que percibiera una punzada de dolor en el pecho.

- Sí, sí quiero -dije con sinceridad y tomé otro trago a mi cerveza-. Kanya es buena, dulce y sé que será entregada, que le gusta que la toque. Está buenísima, ya me muero por coger con ella.

- ¿Por qué no te coges a Becky hasta que te cases? -propuso con tono socarrón.

- ¿Estás demente? —le reclamé, aunque en el fondo me fascinó y me excitó la idea.

Sería demasiado delicioso una última cogida, teniendo cuidado de no ser vistas, de acallar los gritos hermosos que soltaba cuando se la metía. Quería sentir de nuevo la cascada de fluidos que salía de ella cuando la penetraba.

Joder, sí quería una y mil veces más. Ya no me podía mentir más a mí misma.

- Te conozco y sé que estás pensando en eso -se burló mi amigo, sacándome de mis pensamientos.

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora