Castigando a mamá | FreenBecky G!P

CAPÍTULO 12

                                                                                                                                                       Super maraton 1/?

Freen

(2022)

-Becky, quiero que vengas. Necesito tu ayuda —le llamé por el intercomunicador. El asunto que necesitaba resolver era de vital importancia, dado que no podía asistir a mi conferencia con una erección de tamaño inconmensurable.

Eso sería de muy mala educación.

Me acaricié a mi alborotado amigo cuando escuché las llantitas de la silla de mi bonita amante y después sus tacones, los cuales eran culpables de este jodido problema.

Jamás había tenido fetiche con los pies, pero Becky tenía unos tan bonitos que cualquier tacón nuevo que se pusiera, me hacía tener fantasías eróticas de lo más sucias, sobre todo cuando eran tacones abiertos, justo como ahora. Aquellas cosas hacían que sus piernas de infarto se vieran más largas y su figura más esbelta.

- ¿Necesita algo, señora Chankimha? Perdón, Freen -Sonrió al ver a mi pene ansioso por poseerla.

- Ven aquí, perrita, me la vas a mamar y después voy a clavártela.

Becky cerró con seguro la puerta y yo corrí para alcanzarla y acorralarla contra esta.

Ganas no me faltaban de arrancarle la ropa, pero me contuve y se la quité con cuidado.

Una vez que la tuve desnuda, la senté en mi sofá e hice que su húmeda boca me comiera entera.

-Sí, Becky, sí, cariño, así, trágate todo.

Mi pelirroja gemía como desesperada, ya que también se estaba estimulando con sus dedos. De verdad ella disfrutaba tenerme en su boca, llenarme con su exquisita saliva.

Oh, Becky, te voy a dar un premio. Tu manera de succionar debería ser ilegal -aseguré viendo cómo me metía hasta tocar su garganta.

No me pude contener más y terminé sin ropa yo también para hacerla mía sobre el sofá.

La senté a horcajadas sobre mí y me dediqué a follarla como una bestia, comiéndome sus tetas increíbles, esos botoncitos que tenía por pezones y que eran mi perdición.

- Freen, qué delicioso, siento como si fueses un vibrador, mejor que eso. Me encantas

- Y tú a mí, preciosa, hoy vamos a mi casa después de la conferencia. Tenemos que celebrar -dije excitándome más ante la idea de revolcarnos por todo el departamento-.

Pero antes debes quitarme estas ganas que me dejaste por esos tacones.

-Sabía que te gustarían, me fascina complacerte -confesó mirándome con intensidad.

Sus ojos eran muy hermosos, expresivos y sensuales y, de no ser porque sabía que era una experta en el sexo, habría jurado que había ternura en ellos. Me gustaba imaginar que yo era su única mujer, que nadie más la había tocado antes que yo.

Tal vez fuese un gusto demasiado extremista, pero no lo podía evitar, mucho menos cuando me invadía una posesión enorme por esta complaciente mujer.

-Eres un encanto.

Los dos seguimos retozando felices, pero de pronto la puerta sonó y era Heng recordándome que nos debíamos ir.

- Ya voy, debo arreglar unos asuntos -conteste tratando de emplear una voz normal. No dejé de moverme y Becky tampoco lo hizo, sino que sonrió con picardía.